La fiesta de Juana


Juana estaba muy emocionada porque se acercaba el cumpleaños de su amigo Agustín. Él siempre había sido un gran apoyo para ella en la escuela y quería hacerle sentir especial en su día.

"¡Agus, tengo una sorpresa para tu cumple!" -exclamó Juana emocionada. "¿Qué es?" -preguntó Agustín curioso. "Voy a organizar una fiesta con todos nuestros amigos y vamos a celebrar en grande". Agustín sonrió de oreja a oreja y le dio un abrazo a Juana.

"¡Eso es lo mejor que me han dicho en todo el día!". Juana comenzó a planear la fiesta con mucho entusiasmo. Compró globos, confeti, preparó juegos divertidos y compró una torta deliciosa.

Invitó a todos sus amigos de la escuela y les pidió que trajeran algo para compartir. Finalmente llegó el día del cumpleaños de Agustín. Los invitados comenzaron a llegar uno por uno con sus regalos y comida para compartir.

La música estaba sonando fuerte y todos estaban bailando al ritmo de las canciones. De repente, alguien tocó la puerta. Era un grupo de chicos mayores que venían del otro lado del barrio.

Venían buscando problemas e intimidando a los niños más pequeños. Juana sabía que tenía que hacer algo al respecto antes de que arruinaran la fiesta. Se acercó al grupo mayor con valentía y les dijo: "Hola chicos, gracias por venir pero esta es una fiesta privada".

Uno de los chicos mayores se burló: "¿Quién te crees que eres para decirnos qué hacer?". Juana no se dejó intimidar. "Soy la anfitriona de esta fiesta y quiero que todos se diviertan en paz.

Si quieren, pueden unirse a nosotros pero deben respetar las reglas". Los chicos mayores se miraron entre sí y finalmente aceptaron unirse a la fiesta. Juana les dio una porción de torta y los invitó a bailar con ellos.

Todos disfrutaron juntos de la música, los juegos y las risas. Agustín estaba muy feliz de tener a todos sus amigos reunidos en su cumpleaños. Al final de la noche, los chicos mayores se despidieron con una sonrisa en el rostro.

Habían descubierto que podían divertirse sin tener que causar problemas ni intimidar a otros niños más pequeños. Juana había logrado salvar la fiesta gracias a su valentía y determinación.

Los niños aprendieron una gran lección sobre cómo resolver conflictos pacíficamente y trabajar juntos para crear un ambiente seguro y divertido para todos. Desde ese día, Juana se convirtió en una heroína en la escuela por haber salvado el cumpleaños de su amigo Agustín con alegría y valentía.

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