La fiesta de la amistad


Mora estaba muy emocionada por ir a la fiesta en el boliche con sus amigas. Habían estado planeando esto desde hace semanas y finalmente llegó el día.

Cuando llegaron al boliche, se encontraron con una gran multitud de personas bailando y divirtiéndose. La música era fuerte y vibrante, lo que hizo que las chicas se sintieran aún más emocionadas. Después de un rato bailando juntas, Mora notó que su amiga Ana parecía triste y desanimada.

Se acercó a ella para preguntarle qué le pasaba. "¿Estás bien, Ana? ¿Por qué te ves tan triste?" - preguntó Mora preocupada. "No sé, simplemente no me siento muy bien.

Tal vez debería irme a casa" - respondió Ana con voz apagada. Mora sabía que Ana era una persona tímida y reservada, así que decidió ayudarla. "No te preocupes Ana, vamos a buscar algo divertido para hacer juntas.

¡Vamos a tomar algunas fotos locas en la cabina de fotos!" - dijo Mora sonriendo mientras tomaba del brazo a su amiga. Las chicas corrieron hacia la cabina de fotos y comenzaron a hacer varias poses divertidas.

Se reían tanto que empezaron a llamar la atención de otros asistentes al boliche. De repente, un chico llamado Tomás se acercó al grupo de chicas y les preguntó si querían acompañarlo al karaoke en vivo en otra parte del boliche.

Las chicas aceptaron encantadas e inmediatamente fueron tras él. En el karaoke, las chicas se divirtieron mucho cantando y bailando con Tomás y sus amigos. Ana, que antes parecía triste, ahora estaba sonriendo y disfrutando de la fiesta.

Después de unas horas, el boliche comenzó a cerrar. Las chicas intercambiaron números de teléfono con Tomás y prometieron mantenerse en contacto. Cuando regresaron a casa esa noche, Mora reflexionó sobre cómo había ayudado a su amiga Ana a superar su tristeza.

Recordó que no siempre es fácil para algunas personas socializar en grandes grupos o hacer nuevos amigos. Pero también aprendió que una pequeña acción como tomar fotos divertidas o cantar karaoke juntos pueden marcar una gran diferencia en la vida de alguien.

Desde ese día en adelante, Mora y sus amigas se aseguraron de incluir a todos los miembros del grupo en todas sus actividades sociales.

Y Ana nunca volvió a sentirse sola o triste en una fiesta nuevamente gracias al apoyo de sus amigas.

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