La fiesta de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivía Kristell, una niña alegre y soñadora que pasaba sus días jugando con sus amigos en el parque.

Un día, mientras paseaba por la plaza, vio a Benjamín, un chico nuevo en el pueblo, y sintió mariposas en el estómago. Kristell no podía dejar de pensar en Benjamín. Sus amigos notaron su cambio de actitud y decidieron ayudarla a conquistar su corazón.

Ellos eran Lucas, un chico muy inteligente; Valentina, una niña creativa y divertida; y Martín, el más travieso del grupo. "¿Qué te pasa, Kristell? ¡Estás tan distraída últimamente!", dijo Valentina con curiosidad.

"Es que conocí a Benjamín y me ha robado el corazón", respondió Kristell tímidamente. Los amigos de Kristell se pusieron manos a la obra para planear cómo acercar a Kristell a Benjamín. Decidieron organizar una fiesta en el parque para que todos pudieran conocerse mejor.

Prepararon juegos divertidos, música alegre y mucha comida deliciosa. La fiesta fue todo un éxito. Kristell y Benjamín se divirtieron juntos como si fueran viejos amigos. Bailaron al ritmo de la música, rieron sin parar e incluso compartieron secretos bajo las estrellas.

Al final de la noche, cuando todos se despidieron felices por lo bien que lo habían pasado, Lucas se acercó sigilosamente a Benjamín. "Che Benja ¿qué onda con vos y Kristell?", preguntó Lucas con picardía.

Benjamín sonrió nervioso antes de responder: "La verdad es que me gusta mucho Kristell pero no sé si siente lo mismo por mí".

Lucas le dio unas palmaditas en la espalda y le dijo: "No te preocupes amigo ¡te aseguro que ella siente lo mismo por vos!". Y así fue como los amigos de Kristell también ayudaron a Benjamín a conquistar su corazón. Los días pasaron y la relación entre Kristell y Benjamín floreció como un hermoso jardín en primavera.

Se volvieron inseparables, compartiendo risas, sueños e ilusiones juntos.

Un día soleado en el parque del pueblo, rodeados por sus amigos que los miraban emocionados desde lejos, Benjamín tomó la mano de Kristell y le dijo:"Kristell querida ¿quieres ser mi novia?"Kristell soltó una risita nerviosa antes de responder: "¡Sí! ¡Claro que sí!" Todos los presentes estallaron en aplausos y alegría al ver a esta linda pareja formada gracias al amor sincero que sentían el uno por el otro.

Y así termina nuestra historia infantil inspiradora sobre cómo el amor puede surgir inesperadamente entre dos personas con ayuda de buenos amigos dispuestos a tenderles una mano cuando más lo necesitan.

Porque al final del día, lo importante es compartir momentos especiales junto a quienes más queremos.

FIN.

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