La Fiesta de la Amistad
Era un hermoso día soleado en el mágico reino de Cucharita, donde vivía la princesa Julieta. Julieta estaba emocionada porque ese día celebraba la gran Fiesta de la Amistad, un evento anual donde todos los habitantes compartían risas, juegos y, por supuesto, ¡deliciosas comidas!
Abuelo Tito, el sabio anciano del pueblo, se acercó al castillo con una idea brillante.
"¡Hola, Julieta! ¿Estás lista para la gran fiesta? Yo tengo una sorpresa para todos", dijo con su voz cálida y amable.
"¡Hola, Abuelo Tito! ¿Qué sorpresa traes?", preguntó Julieta con curiosidad.
"He traído una langosta muy especial, que puede contar historias y hacer reír a todos", respondió el abuelo con una sonrisa pícara.
"¡Qué genial!", exclamó Barbie, quien estaba visitando a su amiga en el castillo. Ella siempre traía un toque mágico a las fiestas.
Barbie decidió que era el momento perfecto para ayudar a preparar la comida.
"Vamos a hacer una pizza margarita también. ¡Es la favorita de todos!", dijo Barbie entusiasmada.
Mientras tanto, el gran salón del castillo comenzó a llenarse de gente. Los niños corrían por aquí y por allá, y los adultos conversaban animadamente. La langosta, que se llamaba Léa, se subió a una mesa y comenzó a contar su primera historia.
"Había una vez una langosta que quería ser la más famosa del mar. Hacía acrobacias y saltos, y todos la aplaudían", narró Léa, haciendo gestos con sus pinzas. Todos los presentes se reían y aplaudían.
La fiesta se llenaba de música y risas. Julieta, Barbie, y Abuelo Tito trabajaban juntos en la cocina cuando se dieron cuenta de que una de las pizzas había desaparecido.
"¡Oh no! ¿Dónde está nuestra pizza?", gritó Julieta angustiada.
De repente, un pequeño ratón llamado Tico apareció con un trozo de la pizza.
"Lo siento, amigos, ¡es que tenía tanto hambre!", se disculpó Tico mientras mordía un pedazo.
"¡No debes robar, Tico!", dijo Julieta con un tono amable pero firme. "Podemos compartir la comida si todos estamos juntos. ¡La fiesta trata sobre la amistad!"
Tico se sonrojó y dejó caer el pedazo de pizza.
"Tienes razón, Julieta. Y no quiero arruinar la fiesta. ¿Puedo ayudar a cocinar?", preguntó Tico.
"¡Por supuesto! La cocina es para todos!", exclamó Abuelo Tito.
Mientras Tico se ponía un pequeño delantal, Léa la langosta seguía entreteniendo a los invitados en la sala.
"Las mejores fiestas son las que compartimos con nuestros amigos", dijo Léa con su voz melodiosa.
Y así, bajo el brillo del sol, la fiesta continuó. Todos se unieron en la cocina para hacer más pizzas y compartir historias. Julieta, Barbie, Abuelo Tito, Tico y Léa se convirtieron en los mejores amigos mientras cocinaban juntos.
Con cada risita y cada bocado de pizza, aprendieron que la amistad es el ingrediente más importante de todas las fiestas. Al final del día, todos juntos disfrutaron de un banquete lleno de amor, risas y, por supuesto, ¡pizza margarita!
La historia de la gran Fiesta de la Amistad se contaría por muchos años, recordando no sólo el arte de cocinar, sino la magia de compartir y las risas entre amigos. Y así, en el reino de Cucharita, la amistad siempre sería celebrada.
FIN.