La fiesta de la diversidad

En un hermoso pueblo de los Andes peruanos vivía la familia Valdivia.

Rogelio, el papá, era un ingeniero que amaba las tradiciones andinas, mientras que Carolina, la mamá, era una chef reconocida que adoraba experimentar con recetas de todo el mundo. Juntos tenían dos hijos, Martín y Valentina, quienes crecían inmersos en un ambiente de diversidad y amor por su cultura. Pero un día, un conflicto cultural sacudió la armonía familiar.

"Papá, ¿por qué tenemos que vestirnos con trajes típicos para ir al festival? Es vergonzoso", se quejó Martín. "Porque es importante mantener vivas nuestras tradiciones", respondió Rogelio con seriedad.

Mientras tanto, Carolina intentaba distraer a Valentina, quien no quería asistir a la fiesta porque prefería cocinar platos de otros países en lugar de aprender a preparar platos peruanos. Esa noche, la familia se sentó a cenar en silencio, sumida en un ambiente tenso.

De repente, Martín propuso una idea: organizar una fiesta familiar en la que cada miembro pudiera compartir algo especial de su cultura. Carolina sorprendería con platos internacionales, Rogelio mostraría la forma de vestir de su región, Martín representaría bailes folclóricos y Valentina prepararía un colorido altar andino.

La fiesta fue un éxito, y la familia Valdivia entendió que la diversidad cultural no era una fuente de conflicto, sino una hermosa oportunidad de aprendizaje y enriquecimiento mutuo.

Desde ese día, la familia celebraba su propia 'Fiesta de la Diversidad' cada año, recordando que cada tradición y costumbre merece su espacio y respeto.