La Fiesta de las Verduras Carnívoras



En un pequeño pueblo, donde el sol brillaba todo el día, había un huerto famoso por sus coloridas verduras y frutas. Sin embargo, lo que nadie sabía era que las verduras eran carnívoras y estaban a punto de dar un gran susto.

Una noche oscura y tormentosa, la cebolla llamada Cebollina reunió a sus amigos: el tomate Tomi, la banana Bani, la acelga Ace, el pimiento Pipi y la papa Pato.

"¡Amigos!" - dijo Cebollina con voz temblorosa. "Hoy es la noche de Halloween, y he escuchado rumores de que un monstruo aterrador viene a comer verduras. ¡Debemos hacer algo!"

"¿Un monstruo?" - gritó Bani, temblando. "Pero nosotros somos las verduras más deliciosas de este huerto. ¡No podemos dejar que nos atrape!"

"Calma, tranquilos" - intervino Tomi, que siempre tenía una idea. "Podemos atraer al monstruo hacia nosotros y darle un susto que nunca olvidará."

"¿Cómo haremos eso?" - preguntó Ace, con su grandeza verde preocupada.

"¡Organizaremos una fiesta espeluznante!" - propuso Pipi, chispeando sus semillas rojas. "Le haremos creer que esto es un festín de verduras para que venga. Cuando llegue, ¡le daremos un gran susto!"

Así que, con mucha emoción y algunos nervios, las verduras comenzaron la preparación para la gran fiesta. Decoraron el huerto con telarañas de hilos de espagueti, y apagaron las luces para crear un ambiente aterrador.

Justo cuando la noche caía, un extraño ruido se escuchó desde el bosque cercano. Era un feroz monstruo, con dientes afilados y un gran apetite.

"¡Parece que llegó el momento!" - susurró Cebollina a sus amigos, y todos se hicieron el loco.

De pronto, el monstruo apareció, y al ver el festín de verduras, comenzó a relamerse los labios.

"¡Esto huele delicioso!" - gritó el monstruo, acercándose lentamente. "Voy a comerme todas estas verduras carnívoras..."

En ese momento, todas las verduras gritaron al unísono:

"¡Sorpresa! No somos sólo verduras, somos las verduras carnívoras, ¡y hoy es nuestra fiesta!"

El monstruo, asustado y estupefacto, dio un paso atrás.

"¿Car...nívoras?" - tartamudeó. "Pero pero... yo soy el que cacé!"

"No te preocupes, querido monstruo. En esta fiesta no hay nada de carne. ¡Solo queremos que pruebes lo sabrosas y divertidas que son nuestras verduras!" - dijo Tomi, tomando la delantera.

El monstruo, intrigado, aceptó la propuesta. De inmediato, las verduras comenzaron a contar sus historias y a jugar mientras compartían recetas y platos.

"¡Miren, este es un tomate a la parrilla con un toque de pimienta!" - dijo Pipi, entusiasmado. "Delicioso y muy nutritivo. ¡Usted no podrá resistirse!"

El monstruo comenzó a probar, primero un poco de papa al horno, y luego una deliciosa ensalada de acelga.

"¡Esto está riquísimo!" - exclamó el monstruo. "Nunca había intentado comidas así. ¡Soy un monstruo carnívoro, pero el sabor de las verduras es irresistible!"

Las verduras se unieron en una gran danza, y el monstruo, ahora un amigo, se puso a bailar con ellos. Desde ese día, el monstruo dejó de asustar a las verduras y se convirtió en su primero defensor.

"Ahora, cada Halloween, ¡haremos una fiesta de verduras!" - proclamó Cebollina, emocionada.

Y así fue como, gracias a la valentía de un puñado de verduras carnívoras, no sólo se salvaron de un monstruo. También se ganaron un nuevo amigo, y todos juntos aprendieron que las verduras y frutas son igual de importantes y deliciosas que cualquier otro alimento.

Y colorín colorado, este cuento de Halloween se ha terminado, ¡pero la fiesta de verduras carnivoras sigue viva en todos los corazones!

FIN.

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