La Fiesta de las Vocales
Había una vez en un lejano y hermoso reino, el Reino de las Vocales, donde vivían cinco valientes y coloridas letras: A, E, I, O y U. Cada vocal tenía su propio castillo en un rincón especial del reino.
Un día, las vocales se reunieron en la plaza principal para discutir cómo podían hacer que su reino fuera aún más bello. El Rey A fue el primero en hablar:"Queridos amigos", dijo con entusiasmo.
"Creo que deberíamos organizar una gran fiesta para celebrar nuestra amistad y nuestra importancia en la escritura". Las demás vocales estuvieron de acuerdo y comenzaron a planificar todos los detalles de la fiesta.
Decidieron invitar a todas las letras del alfabeto y decorar el castillo principal con globos multicolores. Mientras trabajaban arduamente preparando todo para la fiesta, recibieron una visita inesperada. Era una letra muy triste llamada Y. "¿Qué te pasa?", preguntó preocupado el Rey A.
La letra Y suspiró y explicó: "Siempre me siento excluida porque no soy tan importante como ustedes. No tengo mi propio castillo ni mi propia función clara en las palabras".
Las vocales se miraron entre sí con tristeza porque sabían que era cierto lo que decía Y. "No te preocupes", dijo el Rey O con ternura. "Eres bienvenida a nuestro reino y siempre serás parte importante de nuestras palabras". Y sonrió tímidamente mientras se unía al grupo.
Juntas continuaron organizando la fiesta hasta que finalmente llegó el gran día. La plaza estaba llena de alegría y risas mientras las letras del alfabeto se mezclaban y formaban palabras. La música sonaba y todos bailaban al ritmo de las vocales.
De repente, un fuerte estruendo interrumpió la fiesta. Era un dragón gigante que había llegado al reino con la intención de causar problemas.
"¡Voy a quemar todo el Reino de las Vocales!", rugió el dragón con una voz retumbante. Las letras entraron en pánico, pero rápidamente se dieron cuenta de que tenían una ventaja: su poder para formar palabras. Trabajaron juntas para crear la palabra —"FUEGO" y lanzaron un hechizo para apagar el fuego del dragón.
"¡Nunca subestimes el poder de las vocales!", exclamó el Rey A con orgullo. El dragón quedó sorprendido y derrotado. Se disculpó por su comportamiento y prometió no volver a molestar nunca más al Reino de las Vocales.
La fiesta continuó aún más animada después del incidente, celebrando no solo la amistad entre las vocales sino también su valentía y capacidad para superar cualquier obstáculo juntas.
Desde ese día, Y encontró su lugar en el Reino de las Vocales como una letra especial capaz de unir diferentes sonidos en palabras hermosas. Todos aprendieron a valorarla como parte esencial del alfabeto.
Y así, el bello Reino de las Vocales vivió felizmente sabiendo que cada letra tenía su propia importancia y juntas podían lograr grandes cosas, demostrando que la diversidad era lo que hacía al reino verdaderamente hermoso.
FIN.