La Fiesta de los Amigos
Había una vez un pequeño pueblo donde todos los animales eran amigos. Uno de estos animales era Tula, una tortuga muy simpática que decidió que era el momento de organizar una gran fiesta en su casa para celebrar la amistad que compartían.
Un día soleado, Tula se sentó en su jardín y dijo:
- ¡Hoy es el día perfecto para una fiesta! Voy a invitar a todos mis amigos.
Sin embargo, al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que su casa estaba muy desordenada. Había hojas secas en el suelo, platos sucios acumulándose y su jardín había perdido todo su esplendor.
- ¡Oh no! No puedo recibir a mis amigos en un lugar así. Necesito ayuda -se lamentó Tula.
Entonces, Tula decidió acudir a sus amigos para pedirles ayuda. Primero fue a casa de Lucho, el león, que siempre estaba dispuesto a ayudar. Al llegar, Tula le explicó:
- Lucho, estoy organizando una fiesta, pero mi casa está muy desordenada. ¿Podés ayudarme a limpiarla?
- Por supuesto, Tula. ¡Vamos a hacer que brille! -respondió Lucho, mostrando su gran sonrisa.
Juntos, comenzaron a limpiar. Lucho fue tirando hojas de un lado y Tula se encargaba de los platos. Justo cuando ya tenían un gran montón de hojas, apareció Sofía, la ardilla.
- ¡Hola, amigos! ¿En qué andan? -preguntó curiosa.
- Estamos organizando la fiesta de Tula, pero necesitamos más ayuda -respondió Lucho.
- ¡Cuenten conmigo! -dijo Sofía entusiasmada.
Sofía se subió a los árboles para recoger las hojas del jardín, mientras Tula y Lucho organizaban los platos y cubiertos en su casa. La limpieza fue avanzando, y donde antes había un gran desorden, ahora se veía un jardín encantador y una casa reluciente.
Cuando estaban por terminar, apareció el loro Tito, que volaba por allí.
- ¿Qué están haciendo? -preguntó Tito.
- ¡Estamos haciendo una fiesta! -gritó Sofía, con las patas llenas de hojas.
- Pero... ¿por qué no me invitaron a ayudar? -dijo Tito con un tono de sorpresa.
- No lo sabíamos, Tito. Estás más que invitado. ¡Ven y ayúdanos! -respondió Tula.
Tito, emocionado, decidió ser el encargado de decorar el lugar. Con su vuelo, comenzó a colocar flores en cada rincón y a colgar manjares de los árboles.
Mientras tanto, los demás terminaban de limpiar. Cuando finalmente todo estuvo listo, Tula miró alrededor y se sintió orgullosa.
- ¡Gracias, amigos! Sin su ayuda, esto no hubiera sido posible -dijo Tula con una gran sonrisa.
- ¡Es un placer ayudar! -dijo Lucho.
- ¡Vamos a invitar a todos los animales del pueblo! -exclamó Sofía.
Así que decidieron hacer una gran ronda por todo el pueblo, invitando a todos a la fiesta. Todos los animales llegaron contentos, con alegría y risas.
- ¡Hola, Tula! ¡Qué lindo está todo! -gritó Rocco, el zorrino, al entrar.
- Gracias, Rocco. ¡Disfrutemos de la fiesta! -respondió Tula.
Durante la fiesta, los animales jugaron, bailaron y compartieron deliciosos bocados. Pero, de repente, Tula se dio cuenta de algo importante.
- Amigos, creo que debemos hacer algo más que sólo disfrutar. ¿Qué les parece si hacemos algo lindo por el pueblo? -sugirió.
Todos se miraron y asintieron.
- ¿Qué tal si limpiamos el parque? -propuso Lucho.
- ¡Sí! Es una gran idea. Así podemos cuidar de nuestro hogar y seguir disfrutando juntos -dijo Sofía.
Así, todos los animales se organizaron. Se dividieron en grupos y, con música de fondo, empezaron a recoger basura del parque, plantar flores y hacer que el lugar brille como su fiesta.
- ¡Miren cómo mejora nuestro parque! -gritó Tito, desde el aire.
Al finalizar, todos estaban cansados pero felices.
- ¡Esto fue maravilloso! -dijo Tula, con una sonrisa de oreja a oreja.
- Y lo mejor es que lo hicimos juntos -agregó Lucho.
- ¡Hoy no solo celebramos la amistad, sino también nuestra responsabilidad! -concluyó Sofía.
Y así, la Fiesta de los Amigos no solo fue un gran evento de alegría, sino también un recordatorio de que, cuando trabajamos juntos, podemos hacer de nuestro hogar un lugar mejor. Desde aquel día, Tula y sus amigos continuaron organizando fiestas, pero siempre se aseguraron de hacer algo por su querido pueblo en cada una de ellas.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.