La Fiesta de los Animales
Había una vez en el bosque una pequeña tortuga llamada Tita. Tita era muy curiosa y siempre le gustaba conocer nuevos amigos. Un día, decidió organizar una fiesta en su caparazón.
- ¡Voy a invitar a todos mis amigos del bosque! - dijo Tita con una sonrisa.
Primero fue a buscar a su amiga la liebre, Lila.
- ¡Lila! ¡Voy a hacer una fiesta mañana! ¿Querés venir? - preguntó Tita.
- ¡Claro, Tita! ¡Me encantaría! - respondió Lila saltando de alegría.
Luego, Tita fue a buscar al oso, Leo.
- ¡Hola, Leo! Tendré una fiesta en mi casa. ¡Vas a venir, ¿no? ! - le dijo Tita.
- ¡Por supuesto! Me encantan las fiestas! - dijo Leo, ruborizándose un poco.
Después, Tita fue a ver al pájaro, Pipo.
- Pipo, ¿vendrás a mi fiesta? - preguntó.
- ¡Sí, sí! ¡Voy a traer música! - cantó Pipo.
Así, Tita invitó a muchos otros amigos: la rana Rani, el ciervo Diego, y hasta a la ardilla Suki. Todos estaban muy emocionados. Pero a la mañana siguiente, cuando Tita se despertó, comenzó a llover.
- Oh, no. ¿Y ahora qué hacemos? - se preocupó Tita, mirando por la ventana.
De repente, Lila llegó corriendo.
- ¡Tita, no te preocupes! ¡Podemos hacer la fiesta bajo la gran hoja de el árbol gigante! - propuso Lila.
- ¡Buena idea, Lila! - respondió Tita, dándole un abrazo.
Todos se pusieron a trabajar. Mientras la lluvia caía, los animales se refugiaron bajo el gran árbol.
- ¡Qué suerte que tenemos! - dijo Pipo.
- ¡Sí, vamos a divertirnos igual! - agregó Rani.
Cuando la lluvia paró, el sol salió y todos comenzaron a bailar y cantar. La fiesta fue un éxito.
- ¡Esto es lo mejor! - gritó Suki.
- ¡Hicimos una gran fiesta a pesar de la lluvia! - dijo Leo feliz.
Tita se sintió muy feliz, no solo por la fiesta, sino porque había aprendido que, con amigos, cualquier problema se puede solucionar.
- ¡Gracias a todos por venir! - dijo Tita al final de la fiesta.
- ¡Gracias a vos, Tita, por ser una gran amiga! - respondieron todos.
Y así, entre risas y juegos, Tita y sus amigos celebraron la amistad y la importancia de trabajar juntos, siempre con una sonrisa.
Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.