La Fiesta de los Arcoíris
Había una vez una nube muy especial llamada Bombón. Era esponjosa, blanca como la leche, y le encantaba hacer llover arcoíris. Sus amigos, el Sol, el Viento y el Rayo, decidieron sorprenderla por su cumpleaños.
"Voy a calentar el cielo todo lo que pueda para hacer un día hermoso", dijo el Sol.
"Y yo traeré una suave brisa para que Bombón se sienta cómoda en su gran día", agregó el Viento.
"Voy a hacer un espectáculo de luces que la deje maravillada", comentó el Rayo emocionado.
Así que comenzaron a trabajar. El Sol brilló más fuerte que nunca, iluminando cada rincón del cielo. El Viento sopló suavemente, creando una melodía con las nubes. Y el Rayo, feliz, preparó un lenguaje de destellos luminosos.
Al caer la tarde, Bombón se dio cuenta de que algo estaba sucediendo. Se estiró un poco, miró hacia arriba y vio un hermoso sol lleno de colores.
"¿Qué estará pasando?", se preguntó, intrigada.
Pero los tres amigos estaban listos. La sorpresa estaba a punto de comenzar.
"¡Sorpresa!" gritaron al unísono cuando Bombón se asomó completamente curiosa.
Bombón no podía creer lo que veía. En el cielo, el Sol brillaba radiante, mientras que el Viento acariciaba su esponjosa superficie, y el Rayo se movía en destellos de colores por todo el firmamento. Pero, ¿dónde estaba el arcoíris? ¿No era eso lo que ella más quería hacer en su cumpleaños?"¡Pero yo quiero hacer llover arcoíris!", exclamó Bombón algo decepcionada.
"¡No te preocupes, amiga!", dijo el Sol. "Podemos hacerlo juntos. Pero primero, ¡unamos fuerzas!".
"Sí, vamos a crear el arcoíris más bonito del mundo", agregó el Viento emocionado.
Con muchas ganas, Bombón se concentró. El Sol brillaba, el Viento soplaba, y el Rayo iluminaba el cielo. Bombón comenzó a soltar gotas de agua, que caían lentamente y brillaban con todos los colores del espectro.
De repente, algo inesperado sucedió. Un viento fuerte, más fuerte que el Viento, apareció y llevó las gotas hacia otro lugar. "¡Oh no!" gritó Bombón, asustada. "No puedo dejar que se pierda el arcoíris.¡Es mi cumpleaños!".
"No temas, amiga" dijo el Rayo con determinación. "No dejaremos que esto arruine nuestra celebración".
Juntos, unieron sus fuerzas y, mientras el Viento intentaba recuperar las gotas, el Sol reflejaba su luz y Bombón decidió improvisar. Resolvió crear mini arcoíris en varios lugares, haciendo que caigan gotas de colores por todo el cielo.
Así fue como, en lugar de un solo gran arcoíris, Bombón hizo llover pequeños arcoíris en cada rincón. Todos los habitantes del campo comenzaron a admirar la lluvia colorida que caía en sus jardines y campos, alegrando el día.
"¡Miren!", gritó una mariposa. "¡El cielo está lleno de arcoíris!".
Entonces Bombón se dio cuenta de que, aunque no había sucedido como lo había planeado, las pequeñas sorpresas que habían creado juntos eran aún más hermosas. Todos estaban felices, riendo y disfrutando de la magia.
"Este es el mejor cumpleaños de todos!", exclamó.
El Sol, el Viento y el Rayo miraron a la nube con orgullo. "Lo importante es que lo hicimos juntos, y que con un poco de creatividad logramos algo increíble".
Desde ese día, Bombón aprendió que en la vida no siempre las cosas salen como uno espera, pero siempre hay una solución. Y eso es lo que hacían los amigos: crear magia juntos. La fiesta continuó hasta que el cielo se tiñó de un dorado hermoso al atardecer, y Bombón supo que el amor y la amistad siempre brillan más que cualquier arcoíris.
Así, con cada gota que caía y cada rayo que iluminaba, Bombón y sus amigos vivieron felices, creando magia en el cielo.
FIN.