La Fiesta de los Colores



Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos. Sofía era una niña muy curiosa y creativa, pero había un pequeño detalle que la hacía sentir un poco triste: no tenía amigos. Aunque le encantaba dibujar y pintar, cuando trataba de jugar con los otros niños, ellos la ignoraban.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, Sofía encontró un hermoso lugar lleno de flores de todos los colores. Las mariposas volaban por ahí y el aroma de las flores la hacía sonreír. Decidió que ese lugar iba a ser su refugio secreto.

"Este lugar es mágico", pensó Sofía. "Si tan solo pudiera compartirlo con alguien...".

Mientras exploraba, se encontró con un pequeño conejo que, asustado al principio, se acercó a ella. Sofía lo llamó:

"Hola, pequeño amigo, ¿te gustaría jugar conmigo?".

El conejo, que parecía curioso, se acercó un poco más. Sofía lo acarició y se dio cuenta de que la compañía de ese pequeño animal la hacía sentir bien. A partir de ese día, Sofía y el conejo se convirtieron en grandes amigos. Lo llamó

FIN.

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