La Fiesta de los Colores de Primavera
Era una hermosa mañana de primavera en la granja de Don Manuel. Todos los animales se sentían llenos de energía y alegría. El perro Lucas, la gata Luna, el loro Pipo y la oveja Margarita se reunieron para organizar una fiesta en honor a la llegada de la nueva estación.
"¡Vamos a hacer una fiesta!" - exclamó Lucas, moviendo su cola con entusiasmo. "Cada uno debe traer algo de su color favorito y hablar sobre por qué lo eligió."
"¡Me encanta la idea!" - dijo Luna, jugando con su pelaje. "Yo traeré un montón de flores blancas. El blanco significa pureza y paz. Todo se ve tan bonito cuando está lleno de flores."
"Yo traeré plumas verdes, porque el verde es el color de la naturaleza y de la esperanza" - agregó Pipo, revoloteando por el aire. "El verde siempre me hace sentir alegre y lleno de vida."
"Y yo traeré un ovillo de lana rosa, porque el rosa es el color de la ternura y la amistad" - dijo Margarita con una sonrisa. "Me encanta cómo el rosa llena el ambiente de amor."
El día de la fiesta llegó y cada animal estaba emocionado por compartir su color. La granja se llenó de sonrisas y colores vibrantes. Sin embargo, justo cuando estaban por empezar la charla sobre los colores, una nube oscura apareció repentinamente en el cielo.
"Oh no, parece que va a llover!" - gritó Pipo, aterrizando en una rama.
"¡No puede ser!" - dijo Lucas, mirando al cielo. "Pero nuestra fiesta es importante. ¿Qué hacemos ahora?"
Margarita, siempre la más optimista, levantó su lanita rosa y dijo: "No dejemos que la lluvia nos detenga. Podemos jugar dentro del granero. Allí estaremos todos a cubierto y aún así podremos compartir nuestros colores."
Todos estuvieron de acuerdo y corrieron al granero. Una vez dentro, comenzaron a hablar sobre los colores de una manera divertida.
"El blanco de las flores representa la paz, así como cuando todos estamos juntos y nos ayudamos mutuamente!" - dijo Luna, emocionada.
"Y el verde de mis plumas significa que siempre podemos crecer y renovarnos, como lo hace la primavera. Todos podemos ser como árboles que florecen!" - añadió Pipo.
"El rosa de mi lana simboliza la amistad. Cada vez que ayudamos a un amigo o compartimos momentos juntos, estamos llenando el mundo de ese bonito color. ¡Debemos siempre cuidar nuestras amistades!" - concluyó Margarita con ternura.
Con cada historia, la atmósfera se hacía más cálida y la lluvia que caía pareció convertirse en melodía. Al final, se dieron cuenta de que la fiesta ya no se trataba solo de los colores, sino de la amistad y de cómo juntos podían enfrentar cualquier adversidad.
Cuando la lluvia cesó, el sol volvió a brillar y un arcoíris apareció en el horizonte.
"¡Miren!" - gritó Lucas. "Es el símbolo de nuestra fiesta. ¡Cada color que trajimos hoy forma parte de esta maravilla!"
Los animales salieron del granero, miraron el arcoíris y decidieron que cada vez que miraran hacia arriba recordarían que juntos podían hacer frente a cualquier nube oscura. Así, la fiesta de colores se convirtió en una tradición en la granja, celebrando la amistad y cada color que nos rodea, recordando siempre que la primavera siempre llega, sin importar los desafíos.
Y así, desde entonces, cada año, los animales se reunían para celebrar lo más importante: su amistad y la diversidad de colores que cada uno aportaba. ¡Y cada primavera, la granja se llenaba de risas, historias y, por supuesto, colores!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.