La Fiesta de los Colores en el Bosque



Había una vez un bosque mágico lleno de colores brillantes. En ese bosque, vivía una simpática ardilla llamada Rita, que siempre estaba buscando aventuras. Un día soleado, mientras recogía nueces de colores, escuchó un estruendo alegre.

- ¡Mira, Rita! - gritó su mejor amigo, el pajarito Pablo, que tenía plumas amarillas y azules brillantes. - ¡Hay una fiesta en el estanque!

Rita se emocionó mucho y dijo: - ¡Vamos, Pablo! Quiero ver qué hay en la fiesta.

Cuando llegaron al estanque, se encontraron con una multitud de pequeños animales, todos bailando y disfrutando bajo un gran arcoíris. Había conejitos saltando, tortugas nadando y una gran tortuga llamada Tula era la reina de la fiesta.

- ¡Bienvenidos, amigos! - saludó Tula con una voz suave. - Esto es una Fiesta de Colores. ¡Contemos los animales que están aquí!

Rita y Pablo se miraron emocionados y comenzaron a contar.

- ¡Uno, dos, tres…! - dijo Rita, mientras señalaba a los conejitos. - Hay tres conejitos saltarines.

- ¡Y ahí hay cinco patos nadando! - dijo Pablo, apuntando al estanque. - ¡Contemos juntos! Uno, dos, tres, cuatro, ¡y cinco!

Rita aplaudió con alegría - ¡Qué divertido! Hay tantos amigos aquí.

De repente, apareció un zorro juguetón llamado Zoli que quería unirse a la fiesta.

- ¡Hola, amigos! ¿Puedo contar con ustedes? - preguntó Zoli con una gran sonrisa.

- Claro, ¡cuenta con nosotros! - gritaron Rita y Pablo juntos.

Zoli se unió a ellos y juntos hicieron un gran círculo. - ¿Cuántos de ustedes hay? - preguntó Zoli.

- Uno, dos, tres, ¡tres amigos en total! - respondió Rita, mientras levantaba los brazos contenta.

Después de contar, Tula les propuso un juego:

- Vamos a buscar más animales, ¡y después tendremos una gran merienda!

- ¡Sí, sí! - gritó Pablo.

Los tres amigos partieron hacia el bosque en busca de más animales. Por el camino, encontraron a una familia de ciervos.

- ¡Miren! - dijo Zoli emocionado. - ¡Contemos cuántos ciervos hay!

Y así, todos juntos comenzaron a contar.

- Uno, dos, tres, cuatro, cinco… ¡cinco ciervos! - dijo Zoli emocionado.

Cada vez que contaban un grupo de animales, todos aplaudían emocionados. Finalmente, regresaron al estanque con muchos amigos.

- ¡Pueden pasar! - dijo Tula con una gran sonrisa, señalando el festín que había preparado.

En la mesa había una torta de colores, frutas frescas y jugos de todos los sabores.

- ¡Hurra por la fiesta de los colores! - gritaron todos.

Y así, entre risas, juegos y muchas cuentas, todos los animalitos disfrutaron de la mejor fiesta del bosque, aprendiendo que contar es divertido cuando estás rodeado de amigos.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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