La Fiesta de los Cuatro Amigos



En un colorido pueblito llamado Melodía, vivían cuatro amigos inseparables: Cami, Lucho, Sofía y Benjamín. Cada uno tenía un talento especial que los hacía únicos. Cami era una excelente cantante, Lucho sabía tocar el piano, Sofía era la mejor bailarina del lugar y Benjamín tenía un increíble talento para cocinar.

Un día, mientras jugaban en el parque, Cami dijo emocionada: - ¡Chicos! ¿No sería genial organizar una fiesta para todos los habitantes del pueblo? Podríamos mostrar nuestros talentos y compartir un día lleno de diversión.

- ¡Sí! ¡Eso suena increíble! - exclamó Sofía, moviéndose de un lado a otro en su entusiasmo.

- Podría hacer unas ricas tortas y galletitas para la fiesta - agregó Benjamín, frotándose las manos al pensar en los deliciosos postres que podría preparar.

- Yo se los serviré al ritmo de mi piano - dijo Lucho con una sonrisa.

Así fue como los cuatro amigos se pusieron a trabajar. Cami se encargó de crear una hermosa canción que contarían en la fiesta. Sofía empezó a ensayar unos pasos de baile, mientras que Benjamín se dirigió a su cocina para preparar delicias para todos.

Un día antes de la fiesta, cuando ya estaban listos con los preparativos, un viento fuerte comenzó a soplar. Siendo sinceros, todos los amigos estaban un poco preocupados por el clima. Cami, viendo la tristeza en los rostros de sus amigos, dijo: - No podemos rendirnos, ¡será una gran fiesta! Si no podemos salir al aire libre, ¡la haremos en mi casa!

- Buena idea, Cami. ¡No dejemos que el viento sople nuestras ilusiones! - dijo Lucho tocando el piano con sus dedos, imitando el viento, y todos se rieron.

Así continuaron con sus planes: Cami ensayaba su canción, Sofía sus bailes y Benjamín cocinaba. Cuando todo estuvo en su lugar, el día de la fiesta llegó. Los amigos invitaron a todos y empezaron a vivir una experiencia genial.

- ¡Hola, vecinos! ¡Les damos la bienvenida a nuestra fiesta! - gritó Cami.

La reunión comenzó con Benjamín sirviendo las galletitas que había preparado. Todos disfrutaban de la comida mientras Lucho tocaba una hermosa melodía en el piano.

Cuando todos habían probado las delicias, Cami se puso en el centro y dijo: - ¡Es hora de que bailemos! ¡Sofía, ven a bailar conmigo!

Sofía se puso de pie y comenzó a enseñarle unos pasos a Cami.

- ¡Ahora, todos unanse a nosotros! - dijo Sofía. El suelo comenzó a vibrar con la música del piano de Lucho y las risas llenaron el ambiente.

Una vez que todos habían bailado un rato, llegó el momento de la actuación principal. Cami, con un vestido brillante, se colocó en el escenario improvisado y dijo: - Esta noche, les voy a cantar una canción especial.

Los habitantes del pueblo empezaron a aplaudir y gritar.

Con su voz dulce, Cami empezó a cantar: “En Melodía, nos unimos, a bailar, cantar y divertirnos, en cada abrazo que compartimos, somos amigos que nunca se rinden”.

Mientras Cami cantaba, Lucho tocaba el piano con ritmo y Sofía, ya inspirada, se unió a la actuación con un hermoso baile. Benjamín, no queriendo quedar atrás, ¡se sumó al espectáculo con un plato volador de galletitas!

Todos se reían y disfrutaban no solo de la música, sino también de la combinación de talentos que los hacía sentir especiales.

Al finalizar la fiesta, todos aplaudieron y gritaron: - ¡Bravo! ¡Bravo!

- Gracias a todos por venir. Esta fiesta ha sido un sueño hecho realidad - dijo Cami, con una gran sonrisa.

- Sí, y lo mejor de todo es que cada uno de nosotros mostró lo que mejor sabe hacer - agregó Sofía.

- ¡Y todavía quedan muchas galletitas para llevar a casa! - exclamó Benjamín, ¡lo que generó una gran risa en todos!

Esa noche, los cuatro amigos se miraron con satisfacción, sabiendo que juntos habían creado un día inolvidable. Desde entonces, cada vez que se sentían tristes o preocupados, se acordaban de la Fiesta de los Cuatro Amigos y aprendieron que con amistad, esfuerzo y diversión, siempre se podía encontrar un motivo para sonreír.

Y así, el pueblito de Melodía pasó a ser un lugar donde cantar, comer, tocar el piano y bailar se convirtió en una hermosa tradición, uniendo a todos sus habitantes en cada fiesta.

Desde ese día, nunca dejaron de soñar con nuevas aventuras, asegurándose de que su amistad siempre floreciera mientras vivían cada momento al máximo.

Fin.

FIN.

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