La Fiesta de los Príncipes en Asturias


Había una vez en el Principado de Asturias, un grupo de niños curiosos que se reunían todos los días alrededor de la señorita María para escuchar sus fascinantes historias.

Un día, la señorita María les habló sobre los Premios Princesa de Asturias y cómo eran tan importantes para su tierra. Los ojitos de los niños brillaban con emoción mientras escuchaban atentamente cada palabra de la señorita María.

Querían saber más sobre estos premios y por qué tenían ese nombre tan especial. "¿Por qué se llaman Premios Princesa de Asturias, señorita María?", preguntó Martín, el niño más inquieto del grupo.

La señorita María sonrió y les contó la historia: "Se llaman así en honor al príncipe heredero de España, que lleva el título de Príncipe de Asturias. Estos premios reconocen a personas e instituciones que han destacado en diferentes áreas como la literatura, las ciencias, las artes o el deporte".

Los niños quedaron asombrados al saber que su principado estaba tan conectado con estos prestigiosos premios. Querían saber más sobre cómo se entregaban y quiénes habían sido algunos de los galardonados en años anteriores.

"¡Deberíamos hacer nuestra propia ceremonia de premiación aquí en clase!", propuso Valentina, una niña creativa. La idea entusiasmó a todos, y decidieron organizar su propia versión de los Premios Princesa de Asturias donde cada uno recibiría un premio por alguna cualidad especial que poseía.

Mientras preparaban su ceremonia especial, la señorita María les habló también sobre otra celebración importante: el Día del Libro. Les explicó que era un día dedicado a fomentar la lectura y recordar a grandes escritores como Miguel de Cervantes.

Los niños estaban emocionados con esta nueva información y decidieron incluir una parte dedicada a los libros en su ceremonia. Cada uno llevaría su libro favorito y compartiría por qué lo amaba tanto. Llegó el día de la gran ceremonia en clase.

Los niños estaban vestidos con sus mejores galas y nerviosos por recibir sus merecidos premios. Había premios por valentía, creatividad, amistad y muchas otras cualidades especiales que tenían los pequeños.

Al finalizar la entrega de premios, llegó el momento dedicado a los libros. Cada niño tomaba turnos para contar sobre su libro favorito: aventuras increíbles, mundos mágicos y personajes inolvidables llenaron la sala con risas y aplausos.

Al terminar el día, los niños se dieron cuenta no solo del valor de ser reconocidos por sus talentos únicos sino también del tesoro que encierran los libros y lo mucho que pueden aprender y disfrutar a través de ellos.

Y así, entre Premios Princesa de Asturias e historias maravillosas contenidas en libros queridos nació una nueva tradición llena de magia e inspiración en aquel rincón especial del Principado asturiano donde la curiosidad infantil siempre encontraba respuesta gracias a la sabiduría infinita pero cercana de su entrañable guía: La Señorita María.

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