La Fiesta de los Sueños



Había una vez en un pequeño barrio, un niño llamado Lucas que siempre tenía grandes ideas. Una noche, después de un día lleno de juegos y risas, Lucas se acomodó en su cama, cerró los ojos y se dejó llevar por el suave abrazo del sueño.

En ese momento, Lucas se encontró en un lugar mágico: la Fiesta de los Sueños. Era un jardín lleno de luces brillantes, globos de colores y música alegre. Allí vio a muchos de sus amigos que también estaban durmiendo y estaban ahí bailando.

"¡Lucas! ¡Mirá lo que trajimos!" - gritó su amiga Valentina, señalando un gran barril lleno de chocolate líquido.

"¡Vamos a celebrar!" - dijo Leo, mientras les ofrecía copas de burbujas de caramelo.

La fiesta era fantástica. Lucas y sus amigos bailaban, reían y disfrutaban de cada momento. Pero mientras más pasaba el tiempo, el niño comenzó a sentirse un poco extraño. Las burbujas de caramelo eran más dulces de lo que recordaba, y comenzó a reírse sin parar.

"¡Este es el mejor sueño de todos!" - exclamó Lucas, mientras daba vueltas en el aire.

Sin embargo, la diversión se volvió un poco disparatada. En un momento de locura, Lucas decidió probar un poco más de chocolate líquido, y al hacerlo, se sintió más ligero. Antes de darse cuenta, se dejó llevar y cayó al piso de puro gusto.

La escena se puso confusa. En ese instante, un gran brillo iluminó la fiesta. Todos los amigos miraron hacia arriba y vieron un enorme sombrero volador que decía: "Sueños en Accion".

"¡Vamos a descubrir de dónde viene ese sombrero!" - dijo Valentina emocionada.

Lucas, a pesar de su torpeza, se levantó rápidamente y corrió hacia el sombrero. Pero había un pequeño problema… ¡no podía dejar de reírse!

Mientras corría, tropezó y, de repente, se sintió caer. Sin embargo, en lugar de caer al piso de la fiesta, cayó en su cama y se despertó. ¡Era de mañana!"¡Qué raro!" - dijo Lucas, mirando alrededor. No entendía por qué había despertado tan repentinamente.

Al mirar por la ventana, vio el sol brillando en el cielo, pero aún podía recordar todas las locuras de la fiesta.

Esa mañana, Lucas decidió que debía contarles a sus amigos sobre su increíble experiencia en el sueño. Los reunió en el parque y, lleno de entusiasmo, empezó a narrar lo vivido.

"Chicos, soñé que estábamos en una fiesta mágica, pero de repente, todo se volvió un caos…" - dijo Lucas mientras sus amigos lo escuchaban con atención.

"¡Eso suena muy divertido!" - comentó Leo. "Pero, ¿no tenías miedo en algún momento?"

"La verdad, al principio sí, pero luego me di cuenta que mis amigos estaban ahí y eso me hizo sentir seguro. Tengan cuidado con lo que prueban, eso fue lo que me hizo caer!" - aconsejó Lucas con una sonrisa.

A partir de aquel día, Lucas y sus amigos aprendieron la importante lección de disfrutar la diversión, pero siempre con responsabilidad.

"Podemos soñar y divertirnos, pero también debemos cuidar de nosotros mismos" - recordó Valentina, y todos asintieron.

Y así, la Fiesta de los Sueños se convirtió en un recuerdo especial y les enseñó que no importa cuán emocionante se ponga la vida, siempre hay que recordar cuidarse y compartir la alegría con los que amamos.

FIN.

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