La Fiesta de Luna



Había una vez una bruja llamada Luna, que vivía en un bosque encantado. Luna era muy amable y divertida, pero tenía un secreto: no le gustaba festejar su cumpleaños.

A pesar de que sus amigos animales siempre intentaban hacerle fiestas sorpresa, ella prefería pasar ese día sola. Un día, su mejor amigo Gato se acercó a ella y le preguntó:-¿Luna, por qué nunca quieres festejar tu cumpleaños? Es un día especial y deberíamos celebrarlo juntos.

-Prefiero no hablar del tema -respondió Luna con tristeza. Gato sabía que algo estaba mal y decidió investigar. Habló con el resto de los amigos animales de Luna para saber más sobre su pasado.

Descubrió que cuando era pequeña, la familia de Luna nunca había tenido dinero para hacerle fiestas o regalos en su cumpleaños. Desde entonces, había decidido que no quería más celebraciones.

Gato entendió lo importante que era para Luna superar esa experiencia negativa y decidió preparar una fiesta sorpresa para ella.

Con ayuda de sus amigos animales del bosque encantado, comenzaron a organizar todo: decoraciones mágicas con globos flotantes llenos de confeti multicolor; una mesa llena de pasteles y dulces hechos por ellos mismos; música al ritmo del viento nocturno y muchas luces brillantes. El gran día llegó sin saberlo nadie excepto Gato quien esperaba ansioso a su amiga en la entrada del bosque donde estaba la fiesta sorpresa. -¡Sorpresa! -gritó Gato al ver a Luna acercándose.

Luna quedó atónita al ver todo lo que habían preparado para ella. No podía creer lo que veía y sintió como una lágrima caía por su mejilla. -¿Esto es para mí? -preguntó con asombro.

-¡Sí, claro! Es tu cumpleaños y queremos celebrarlo contigo. Luna se emocionó tanto que comenzó a reír y llorar al mismo tiempo. Se dio cuenta de cuánto le importaban sus amigos animales y cómo ellos la amaban incondicionalmente.

A partir de ese momento, decidió dejar atrás los malos recuerdos del pasado y disfrutar cada año de su cumpleaños rodeada de amor y felicidad. Desde aquel día, Luna siempre festejaba su cumpleaños con sus amigos animales del bosque encantado.

Y cada vez que recordaba aquella fiesta sorpresa, sentía el corazón lleno de alegría. La moraleja de esta historia es que no debemos permitir que las malas experiencias del pasado nos impidan disfrutar el presente.

Debemos aprender a superarlas y seguir adelante con una actitud positiva hacia la vida. Además, es importante valorar la amistad verdadera y el amor incondicional que nos brindan nuestros seres queridos en momentos difíciles.

FIN.

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