La Fiesta del Amor y la Inclusión



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Sarmiento, un rey judío llamado David. El rey David era muy sabio y amaba a su pueblo. Pero había algo que le preocupaba mucho: los enfermos y los forasteros.

Un día, el rey David convocó al Sanedrín, un grupo de líderes religiosos, para discutir cómo podrían ayudar a aquellos que más lo necesitaban en su reino.

Entre ellos se encontraban los fariseos, quienes eran conocidos por ser estrictos en el cumplimiento de las leyes religiosas. "Queridos amigos del Sanedrín", comenzó el rey David. "Me preocupa profundamente la situación de nuestros enfermos y los forasteros que llegan a nuestro pueblo. Quiero encontrar una forma de ayudarlos".

Los miembros del Sanedrín asintieron con la cabeza y comenzaron a debatir sobre posibles soluciones. Uno sugirió construir un hospital para atender a los enfermos, mientras que otro propuso crear programas de inserción para los forasteros.

Pero el rey David tenía una idea diferente en mente. Él creía firmemente en la importancia de la igualdad y la inclusión, así que decidió organizar una gran fiesta en honor a todos aquellos que habían sido marginados por la sociedad.

"Vamos a invitar a todos los enfermos y forasteros de nuestro reino", anunció el rey David emocionado. "Será una fiesta llena de alegría y amor".

El mensaje se extendió rápidamente por todo el pueblo y llegó incluso a oídos de dos hermanitos llamados Lucas y Sofía. Ellos vivían con su abuela, quien estaba enferma y necesitaba atención médica especializada. "Lucas, Sofía, escuché que el rey David organizará una fiesta para los enfermos", les dijo la abuela emocionada.

"Deberíamos ir y buscar ayuda para mí". Los niños estaban entusiasmados por la idea de poder ayudar a su abuela, así que se prepararon y emprendieron el camino hacia el castillo del rey David.

Cuando llegaron al castillo, se encontraron con una multitud de personas: enfermos, forasteros y también algunos fariseos. Todos estaban allí reunidos en un ambiente de alegría y amor. El rey David se acercó a Lucas y Sofía y les preguntó por qué habían venido.

"Señor, nuestra abuela está muy enferma", respondió Lucas con voz temblorosa. "Necesitamos ayuda para ella". El rey David sonrió cálidamente y les dijo:"Queridos niños, aquí todos somos iguales. No importa si eres judío o forastero, sano o enfermo.

Lo único que importa es amarnos unos a otros". En ese momento, algo mágico ocurrió: la abuela de Lucas y Sofía comenzó a sentirse mejor. La energía positiva de la fiesta había sanado su corazón.

Desde aquel día en adelante, el rey David continuó organizando fiestas inclusivas en honor a los enfermos y forasteros. El Sanedrín aprendió una valiosa lección sobre la importancia de tratar a todos con amor y respeto sin importar sus circunstancias.

Y así, el reino de Sarmiento se convirtió en un lugar lleno de amor, donde todos eran bienvenidos y nadie era excluido.

FIN.

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