La fiesta del baile de Yaquelina



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Yaquelina. Ella era una gran estudiante y siempre se esforzaba por aprender cosas nuevas. Pero también le encantaba divertirse y ser creativa.

Un día, mientras caminaba hacia la escuela, Yaquelina notó que algo estaba sucediendo en la plaza del pueblo. Al acercarse, vio a un grupo de niños bailando al ritmo de la música.

Se sintió atraída por el sonido y decidió unirse a ellos. - Hola chicos, ¿puedo bailar con ustedes? - preguntó Yaquelina. - ¡Por supuesto! - respondieron los niños con entusiasmo.

Yaquelina comenzó a moverse al ritmo de la música y pronto se dio cuenta de que no solo estaba divirtiéndose sino también aprendiendo nuevos pasos de baile. Desde ese día en adelante, cada vez que veía a los niños bailando en la plaza del pueblo, se unía a ellos sin dudarlo.

Un día, después de clases, Yaquelina decidió invitar a sus amigos a su casa para hacer manualidades juntos. Prepararon pinturas y papeles para crear hermosas obras de arte. Mientras trabajaban en sus proyectos creativos, intercambiaban ideas e historias divertidas.

- ¡Miren lo que hice! - exclamó uno de los amigos mostrando su obra terminada. - ¡Es increíble! - respondió Yaquelina admirando el trabajo hecho por su amigo. Así continuaron toda la tarde hasta que llegó el momento de cenar.

La mamá de Yaquelina había preparado platos deliciosos para compartir con sus amigos. Mientras comían, hablaban sobre lo divertido que había sido el día y cómo habían aprendido cosas nuevas. Pero la diversión no terminó ahí.

Yaquelina tuvo una gran idea para seguir disfrutando de la tarde: organizar un baile en su casa. Pusieron música y comenzaron a bailar juntos, demostrando los pasos que habían aprendido en la plaza del pueblo. De repente, alguien tocó a la puerta.

Era uno de los vecinos del barrio que se había enterado del baile y quería unirse a ellos. Pronto llegaron más vecinos y amigos, todos ansiosos por ser parte de la fiesta.

El pequeño salón de Yaquelina se llenó de gente bailando y divirtiéndose juntos. Había niños, jóvenes y adultos compartiendo risas y buenos momentos. La noche fue larga pero nadie quería irse a casa.

Finalmente, cuando el sol comenzaba a salir en el horizonte, todos se despidieron con abrazos cálidos y sonrisas felices en sus rostros. Yaquelina se dio cuenta de que había logrado algo increíble: había creado un espacio donde las personas podían aprender cosas nuevas, ser creativas, interactuar entre ellas y compartir momentos inolvidables juntos.

Desde entonces, cada vez que alguien le preguntaba qué era lo más importante para ella en su vida, Yaquelina respondía sin dudarlo:- Diversión - Aprendizaje - Creatividad - Interacción - Danzas - Comida ¡Porque eso es lo que me hace feliz!

FIN.

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