La Fiesta del Caballo Chiquitico



Érase una vez un caballo chiquitico llamado Tico. Tico era un caballo feliz, siempre saltando y jugando con sus amigos en la vasta pradera. Un día, mientras se dejaba acariciar por el sol de la tarde, tuvo una idea brillante:

"¡Voy a hacer una fiesta!" - exclamó Tico emocionado.

El pequeño caballo siempre había tenido un suave flechazo por la yegua más hermosa de la pradera, que se llamaba Luna. Luna tenía un hermoso pelaje blanco y una sonrisa que iluminaba el lugar. Tico decidió que esa sería la oportunidad perfecta para invitarla a ser su novia.

Así que Tico comenzó a invitar a todos sus amigos:

"¡Hola, amigos! ¡Voy a hacer una fiesta el próximo sábado! Venid todos a celebrar y a bailar. ¡Será increíble!"

Los otros caballos estaban emocionados:

"¡Sí! ¡Nos encantaría!" - bramó Paco, un caballo grande y fuerte.

"¡Yo llevaré las manzanas!" - pipió Lía, una pequeña pony.

Los preparativos comenzaron. Tico y sus amigos se pusieron a recoger flores, hacer guirnaldas y preparar un gran campo de juegos. Mientras todos trabajaban, Tico no podía dejar de pensar en cómo invitaría a Luna a bailar.

El día de la fiesta finalmente llegó. El sol brillaba con fuerza y la pradera estaba llena de colores. Los caballos llegaron de todas partes y la música llenó el aire. Tico estaba nervioso, pero decidido a invitar a Luna a bailar.

La yegua hermosa llegó justo cuando Tico estaba en medio de su discurso de bienvenida:

"¡Bienvenidos a la Fiesta! ¡Espero que se diviertan!" - dijo emocionado.

Cuando Tico vio a Luna, su corazón palpitaba rápido. Se acerco lentamente:

"Hola, Luna. ¿Te gustaría bailar conmigo?"

Luna sonrió y dijo:

"¡Claro, Tico! Me encantaría bailar contigo."

Bailaron juntos, felices y llenos de risas, pero de repente, un grupo de caballos más grandes interrumpió la fiesta. Eran intrusos que querían arruinar la diversión. Uno de ellos, el más grande, se acercó a Tico:

"¿Qué hacés, chiquitito? Esta fiesta es para los grandes."

Tico, sintiendo un gran nudo en su estómago, miró a Luna y se dio cuenta de que no quería dejar que esos caballos arruinaran su momento.

"¡No! ¡Esta es una fiesta de amistad! Sabemos disfrutar entre amigos y todos son bienvenidos aquí. ¿No es cierto, amigos?"

Los demás caballos comenzaron a animar:

"¡Sí! ¡Queremos compartir la fiesta con todos!"

La camaradería se hizo más fuerte.

Los caballos más grandes, sorprendidos por la valentía de Tico, comenzaron a reir y dieron un paso atrás.

"Bueno, tal vez podríamos divertirnos un poco..." - dijo el más grande, rascándose la cabeza ante la inesperada respuesta.

Así que, para sorpresa de todos, los caballos más grandes decidieron quedarse y se unieron al baile. Tico, viendo cómo todos se divertían juntos, se sintió orgulloso. Sabía que la amistad era lo más importante.

Al final de la fiesta, mientras el sol se ponía, Tico se acercó a Luna una vez más:

"Luna, gracias por bailar conmigo. Me gustaría que fueras mi novia, ¿qué decís?"

Luna sonrió con alegría:

"¡Sí, Tico! Me encantaría ser tu novia. ¡Eres valiente y divertido!"

La fiesta fue un éxito, no solo por la música y la comida, sino por la unión que había logrado entre todos. Tico había aprendido que ser valiente, defender lo que uno ama y compartir la felicidad, era lo que realmente importaba.

Desde aquel día, Tico y Luna comenzaron una hermosa amistad, y la pradera siempre recordaría la increíble fiesta de Tico.

Y así, el pequeño caballo chiquitico vivió muchas aventuras, siempre rodeado de amigos, recordando que la verdadera belleza estaba en compartir momentos felices y en ser valiente.

FIN.

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