La fiesta del Día del Niño en la Escuela Número 10



Había una vez en la Escuela Número 10 un grupo de niños muy curiosos y traviesos, liderados por su maestra, la señorita Laura. Era el Día del Niño y todos estaban emocionados por la celebración que se avecinaba.

-¡Buenos días, chicos! ¿Están listos para divertirnos hoy? -dijo la señorita Laura con entusiasmo. -¡Sííí! -gritaron los niños al unísono. La maestra había preparado una serie de actividades especiales para ese día tan especial.

Decidieron comenzar con un juego de adivinanzas matemáticas para poner a prueba sus habilidades con los números. -¿Cuál es el número que viene después del cinco? -preguntó la señorita Laura. -¡Seis! -respondieron los niños emocionados.

Así siguieron con más preguntas y desafíos numéricos, demostrando lo mucho que habían aprendido durante el año escolar. Después de un rato, decidieron salir al patio a jugar juegos tradicionales como la rayuela y el escondite.

Mientras jugaban, uno de los niños llamado Juanito se acercó a la maestra con una expresión preocupada en su rostro. -¿Qué pasa, Juanito? -preguntó la señorita Laura notando su inquietud.

-Señorita Laura, ¿qué pasa si me equivoco en las sumas o restas? Me da miedo equivocarme y que todos se burlen de mí -confesó Juanito tímidamente. La maestra sonrió cálidamente y le dijo: "Juanito, cometer errores es parte del proceso de aprendizaje. Lo importante es intentarlo y aprender de tus equivocaciones.

Todos nos equivocamos a veces, ¡y está bien!"Juanito asintió con timidez pero parecía más tranquilo después de hablar con su maestra.

Continuaron jugando y divirtiéndose juntos hasta que llegó el momento de regresar al salón para disfrutar de una sorpresa especial preparada por la señorita Laura: helado para todos los niños como premio por ser tan valientes y trabajadores durante todo el año escolar. Los niños no podían contener su emoción al ver los helados frente a ellos.

Rápidamente empezaron a saborearlos mientras compartían anécdotas graciosas sobre las travesuras que habían vivido juntos en clase.

Al terminar el día, la señorita Laura reunió a todos los niños alrededor suyo y les dijo: "Hoy celebramos el Día del Niño recordándoles lo especiales e importantes que son cada uno de ustedes. Recuerden siempre ser valientes, trabajar duro y nunca tener miedo de cometer errores porque así es como crecemos y aprendemos. "Los niños asintieron felices y abrazaron a su querida maestra antes de despedirse hasta el próximo día escolar.

Mientras caminaban hacia sus casas llenos de alegría y satisfacción por lo vivido ese día tan especial, sabían que siempre tendrían en su corazón las enseñanzas inspiradoras de la señorita Laura en cada paso que dieran hacia adelante.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!