La fiesta del perdón


Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, dos niños llamados Vale y Luis. Eran inseparables y siempre estaban juntos compartiendo aventuras y risas. Pero un día, algo ocurrió que los separó.

Todo comenzó cuando Vale le prestó su juguete favorito a Luis y este lo rompió accidentalmente. Vale se enfadó mucho y le gritó a Luis: "¡No quiero ser tu amigo nunca más! Estoy muy enojada contigo".

Luis se sintió triste por haber lastimado los sentimientos de su amiga y también se enfadó con ella por no entender que fue un accidente.

Así que respondió: "¡Pues yo tampoco quiero ser tu amigo si eres tan egoísta!"Ambos niños se alejaron el uno del otro, cada uno enojado y con el corazón lleno de tristeza. Durante varios días, pasaron sin hablarse ni jugar juntos como solían hacerlo. Pero mientras tanto, algo maravilloso estaba sucediendo en el pueblo.

Se acercaba la Fiesta Anual del Amor y la Amistad, donde todos celebraban las relaciones cercanas que tenían entre sí. El pueblo estaba decorado con globos coloridos, banderines brillantes y música alegre.

Vale comenzó a sentirse nostalgia al recordar los momentos divertidos que había pasado junto a Luis. Pensaba en lo mucho que extrañaba reírse juntos e inventar historias fantásticas mientras jugaban. Un día antes de la fiesta, Vale decidió hacer algo especial para reconciliarse con su amigo.

Fue a buscarlo a su casa llevando una caja llena de sorpresas. Cuando llegó a la puerta de Luis, tocó el timbre y esperó nerviosa. Finalmente, Luis abrió la puerta y se sorprendió al ver a Vale allí. "Hola, Luis" -dijo Vale tímidamente-.

"He venido a pedirte disculpas por haberme enojado contigo. Me di cuenta de que no es justo dejar de ser amigos solo por un juguete roto". Luis miró a Vale con una mezcla de sorpresa y alegría.

Él también había extrañado su amistad, pero no sabía cómo solucionar las cosas. "Yo también quiero disculparme, Vale" -dijo Luis sinceramente-. "Fue un accidente lo que pasó con tu juguete y me siento muy mal por haberte lastimado".

Vale sonrió y le mostró la caja llena de sorpresas. Dentro había globos coloridos, chocolates deliciosos y una tarjeta que decía: "Amigos para siempre". Era su forma especial de decirle a Luis cuánto valoraba su amistad.

Luis quedó asombrado por el gesto tan hermoso de Vale y aceptó sus disculpas con gusto. Ambos niños se abrazaron fuertemente, prometiéndose nunca más pelearse por cosas insignificantes.

Al día siguiente, en la Fiesta Anual del Amor y la Amistad, todos los habitantes del pueblo estaban reunidos para celebrar juntos. Y entre ellos estaban Vale y Luis, más felices que nunca. Aprendieron una valiosa lección sobre el perdón y la importancia de mantener cerca a las personas que nos importan.

A partir de ese día, Vale y Luis se convirtieron en los mejores amigos del mundo, compartiendo risas, aventuras y juegos como siempre lo habían hecho.

Y así, con su amistad renovada y fortalecida, Vale y Luis siguieron viviendo felices para siempre.

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