La Fiesta del Unicornio Feliz



Había una vez, en el mágico Reino de Arcoíris, un unicornio muy especial llamado Luni. Luni era famoso por su cuerno brillante y su increíble habilidad para hacer felices a los niños. Cada año, el reino celebraba la Fiesta del Unicornio Feliz, un evento lleno de juegos, risas y sorpresas, donde todos los habitantes se unían para celebrar la amistad y la alegría.

Un día, mientras Luni se preparaba para la fiesta, vio a una pequeña niña llamada Sofía sentada sola en un rincón del bosque. Sofía tenía una mirada triste y su sonrisa se había desvanecido.

"¿Por qué estás tan triste, pequeña?" - preguntó Luni con su dulce voz.

"No tengo amigos y no sé si podré ir a la fiesta..." - respondió Sofía, bajando la mirada.

Luni, con su corazón lleno de compasión, decidió que debía ayudarla.

"No te preocupes, tengo una idea. ¡Vamos a hacer que este sea el mejor cumpleaños de todos!" - dijo Luni con entusiasmo.

Sofía levantó la mirada, intrigada.

"¿Cómo?" - preguntó, todavía dudosa.

Luni hizo un movimiento con su cuerno y, de repente, un grupo de flores de colores brillantes apareció a su alrededor.

"Te presentaré a algunos amigos mágicos. ¡Ellos te ayudarán a organizar la fiesta!" - exclamó Luni.

Sofía sonrió por primera vez. Mientras Luni y Sofía caminaban por el bosque, comenzaron a encontrar a otros que también se sentían solos.

"Hola, ¿usted también viene a la fiesta?" - preguntó Luni a un conejo llamado Tino que miraba por un arbusto.

"Me encantaría, pero no tengo compañeros para jugar" - respondió Tino con tristeza.

"¡Perfecto! Sofía y yo te necesitamos para que nos ayudes a acercar a más amigos. Juntos haremos que la Fiesta del Unicornio sea inolvidable!" - dijo Luni.

El grupo siguió creciendo mientras encontraban a más animales: un pingüino llamado Pipo, una ardilla llamada Lila y una tortuga llamada Ramiro, todos con el mismo deseo de unirse a la fiesta pero sintiéndose solos.

"Venga, somos un equipo ahora. ¡Vamos a invitar a todos a la fiesta!" - exclamó Sofía emocionada.

Juntos, llenaron el bosque con risas y juegos, invitando a todos los niños y animales a unirse a la celebración. La noticia de la Fiesta del Unicornio Feliz se extendió rápidamente y todos querían formar parte.

El gran día llegó y el bosque brillaba de colores. Había globos, juegos y, por supuesto, al unicornio Luni, que deslumbraba con su luz mágica. Sofía, ahora rodeada de sus nuevos amigos, se sentía radiante.

"Miren todo esto, es increíble!" - exclamó Sofía mientras jugaba con Tino y los demás.

Sin embargo, cuando estaban a punto de comenzar a jugar al gran juego del piñata, Luni se dio cuenta de que alguien más estaba ausente.

"¿Dónde está el rey de los duendes? Sin él, la fiesta no estará completa" - dijo Luni.

Los amigos se miraron unos a otros, preocupados. Entonces Sofía propuso:

"¡Vamos a encontrarlo! No podemos dejar a nadie fuera de la diversión. Todos merecen ser parte de esto!" - afirmó con determinación.

Así, el grupo se embarcó en una aventura por el bosque, cruzando ríos y subiendo colinas para buscar al rey duende. Después de un largo recorrido, encontraron al rey escondido detrás de una roca, triste porque no había recibido ninguna invitación.

"¡Vamos! ¡Te estábamos buscando!" - dijo Sofía con una gran sonrisa. "Todos son bienvenidos. ¡La fiesta no será la misma sin vos!".

El rey, con lágrimas de felicidad, decidió unirse a la celebración. Al llegar, todos lo recibieron con aplausos y risas.

"¡Ahora sí! ¡Comencemos la fiesta!" - decretó el rey duende, que aunque pequeño en estatura, era inmenso en su alegría.

La fiesta fue un éxito rotundo. Sofía, Luni y sus nuevos amigos jugaron, rieron y compartieron historias. Aprendieron que la amistad se construye cuando compartís momentos, incluso con quienes no conocés. Luni sonrió al ver cómo Sofía había pasado de estar sola y triste, a ser el corazón de la fiesta.

#### Epílogo

Desde ese día, Sofía nunca volvió a sentirse sola. Había encontrado amigos de verdad y sabía que la verdadera felicidad se comparte. Y así, la Fiesta del Unicornio Feliz se convirtió en una tradición, celebrando cada año la unión y la alegría de un grupo de amigos que se convirtió en familia.

"Gracias por mostrarme lo que es la felicidad" - dijo Sofía a Luni, mientras miraban juntos el atardecer, lleno de colores.

"Siempre estaré aquí para ti, Sofía. La felicidad se multiplica cuando se comparte" - respondió Luni, iluminando el cielo con su brillo mágico.

FIN.

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