La Fiesta Desenfrenada
Había una vez un grupo de amigos llamados Juani, Tati, Emi y Fer que siempre se divertían juntos. Un día, decidieron organizar una gran fiesta en la casa de Tati para celebrar el final del año escolar.
El día de la fiesta llegó y todo estaba listo. Había comida deliciosa, bebidas refrescantes y música a todo volumen. Los amigos bailaban y cantaban sin parar, disfrutando al máximo de la noche.
Pero luego de algunas horas, las cosas empezaron a salirse de control. Los chicos comenzaron a beber demasiado alcohol y algunos invitados desconocidos también se sumaron a la fiesta.
Juani intentó detenerlos diciendo: "Chicos, esto ya está pasando los límites ¡Dejemos de beber tanto!" Pero nadie lo escuchaba y todos seguían con su descontrol. De repente, uno de los invitados desconocidos empezó a pelear con otro chico por una tontería. La situación se tornó violenta rápidamente y todos los demás comenzaron a correr asustados.
Los amigos lograron escapar por poco pero quedaron muy preocupados por lo que había pasado esa noche. Al día siguiente se reunieron para hablar sobre ello:"Chicos ¿Qué nos pasó ayer? Fue horrible ver tanta violencia", dijo Tati.
"La verdad es que perdimos el control", reconoció Emi. "Tenemos que aprender a tomar responsabilidad por nuestras acciones", agregó Fer. "Creo que deberíamos disculparnos con los vecinos por el ruido también", propuso Juani.
Así fue como aprendieron una valiosa lección. A partir de ese día, decidieron organizar sus fiestas con más responsabilidad y siempre cuidando el bienestar de todos los involucrados.
De ahora en adelante, prometieron divertirse sin perder el control y sin ponerse en peligro a sí mismos o a los demás. Al final, se dieron cuenta de que la verdadera diversión no está en la cantidad de alcohol que se consume sino en pasar tiempo con amigos y disfrutar del momento presente.
FIN.