La Fiesta en el Bosque Encantado
Era un día caluroso en el Bosque Encantado. La luz del sol brillaba intensamente y el aire olía a frescura y flores. En la cima de una gran colina, donde los árboles de mandarinas se alzaban orgullosos y el colorido de las flores iluminaba el paisaje, un pájaro multicolor llamado Pipo planeaba una gran fiesta.
"Hoy tengo una idea!" - gritó Pipo, revoloteando emocionado entre las flores. "Voy a hacer una fiesta que todos en el bosque recordarán!"
Mientras tanto, en un rincón del bosque, la dulce Princesa Lila se despertó de su siesta bajo un árbol de mandarinas. Al escuchar los gritos de Pipo, se acercó curiosa.
"¿Qué estás tramando, Pipo?" - preguntó.
"Voy a organizar una fiesta, Lila! Pero necesito tu ayuda, porque hay mucho por hacer!" - replicó el pájaro.
"¡Cuenta conmigo!" - exclamó la princesa.
Así fue que juntos idearon todos los preparativos: decoraron los árboles con cintas de colores, llenaron la cueva con mandarinas jugosas, y organizaron un rincón especial para los elefantes enamorados, Ele y Tula.
"Amo las fiestas!" - rugió Ele, moviendo sus grandes orejas.
"Sólo espero que haya muchas frutas y dulces para compartir contigo, Ele," - sonrió Tula, su gran amiga.
Finalmente, llegó el momento de la fiesta. Todos los habitantes del bosque estaban invitando: ardillas, mariposas, ciervos y hasta los mismos árboles. Sin embargo, cuando estaban por comenzar a bailar, algo extraño sucedió. Una nube oscura apareció de repente.
"¡Oh no!" - gritó Lila "¿Qué pasará con nuestra fiesta?"
"No podemos rendirnos, amigos!" - insistió Pipo.
"Les tengo una idea. Necesitamos hacer que bailen la nube y se vayan de aquí!" - propuso Lila con entusiasmo.
Entonces, todos se unieron, Ele y Tula comenzaron a hacer ruidos divertidos, las ardillas tocaron melodías con sus pequeñas manos y los ciervos hicieron movimientos graciosos.
"¡Bailen, bailen!" - gritó Pipo.
"¡Oh, qué divertido!" - exclamó la nube un poco confusa.
La nube, por primera vez, se sintió atraída por la alegría de los que bailaban. Se movió un poco, revelando el sol detrás de ella y llenando el bosque de luz nuevamente.
"¡Lo hicimos!" - chillaron todos al unísono.
"Gracias por hacerme sentir bien, nunca había visto algo así!" - dijo la nube mientras se alejaba.
Con la nube ya lejos, la fiesta continuó. El dulce aroma de las mandarinas llenó el aire y todos disfrutaron de la música, la comida y por supuesto, de la compañía.
"Probemos de hacer una fiesta todos los años, ¿qué dicen?" - preguntó Tula.
"¡Sí!" - gritaron todos juntos.
Así, el bosque se llenó de risas y el espíritu de amistad brilló más que nunca. La historia de la fiesta no solo unió a cada animal, sino que enseñó a todos que siempre hay espacio para la alegría, incluso en los días más oscuros.
Y así, el Bosque Encantado siguió siendo un lugar donde la magia y la amistad florecieron, bajo el calor del sol y en cada rincón lleno de colores. Al final, la verdadera fiesta era la alegría y la unión de todos sus habitantes.
Desde aquel día, todos aprendieron a celebrar juntos, y a nunca dejar de bailar, sin importar lo que sucediera.
FIN.