La fiesta en el tren de la gracia


Había una vez en un pueblo cercano a la gran ciudad, un pequeño tren llamado Gracia que solía recorrer los campos y montañas llevando a los habitantes de un lugar a otro.

Un día, el maquinista del tren, un simpático señor llamado Don Manuel, decidió organizar una gran fiesta en el tren para celebrar el aniversario de su llegada al pueblo. Todos los habitantes del lugar se emocionaron con la noticia y comenzaron a prepararse para la gran celebración.

"¡Vamos a tener una fiesta increíble en el tren de la gracia!" exclamó Don Manuel con entusiasmo. "¡Sí, va a ser genial!" respondieron todos emocionados.

El día de la fiesta llegó y el tren estaba decorado con luces brillantes, globos de colores y guirnaldas. La música alegre sonaba en todo el vagón y los pasajeros bailaban y reían sin parar. La fiesta en el tren de la gracia era todo un éxito.

Sin embargo, durante el viaje, el tren se detuvo en medio del bosque. Todos los pasajeros se preocuparon, pero Don Manuel les aseguró que todo estaría bien. Con mucha gracia y paciencia, Don Manuel logró arreglar el problema en el tren y la fiesta pudo continuar.

La noche caía y la luna iluminaba el camino del tren de regreso al pueblo. La fiesta en el tren de la gracia había sido inolvidable, llena de alegría y camaradería.

Al llegar a la estación, todos los pasajeros se despidieron con abrazos y sonrisas, agradecidos por la maravillosa experiencia.

Desde ese día, la fiesta en el tren de la gracia se convirtió en una tradición anual, recordando a todos que, con gracia y determinación, se pueden superar los obstáculos y disfrutar de las alegrías de la vida.

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