La fiesta mágica de Ariana



Había una vez una niña llamada Ariana, que vivía en un pequeño pueblo en Argentina. Ariana era una niña muy alegre y siempre estaba llena de energía.

Pero su época favorita del año era la Navidad, porque le encantaba la llegada del niño Jesús. Ariana esperaba con ansias el día en que pudiera decorar el árbol de Navidad junto a su familia.

Cada año, se aseguraba de que todo estuviera perfecto: las luces, las esferas coloridas y la estrella brillante en la punta del árbol. Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, Ariana encontró un viejo libro en un banco. El libro parecía antiguo y misterioso, así que decidió llevárselo a casa para investigarlo.

Cuando Ariana abrió el libro, se sorprendió al descubrir que tenía poderes mágicos. En sus páginas había dibujos animados de personajes navideños cobrando vida. Uno de ellos era un duende llamado Tito. -Tito, ¿eres real? -preguntó Ariana emocionada.

-Sí lo soy, querida Ariana -respondió Tito-. Soy uno de los duendes ayudantes de Santa Claus. Ariana no podía creerlo. Tenía a su propio duende ayudante para esta Navidad.

Juntos comenzaron a planear cómo hacer aún más especial esta época festiva. Decidieron organizar una fiesta sorpresa para todos los niños del pueblo. Querían llevar alegría y regalos a aquellos que no tenían mucho durante estas fechas especiales.

A medida que Ariana y Tito se preparaban para la fiesta, comenzaron a darse cuenta de que había niños en el pueblo que no podrían asistir porque no tenían ropa adecuada o juguetes para intercambiar. -¡No podemos permitirlo! -exclamó Ariana-. Vamos a buscar una solución.

Juntos, decidieron pedir ayuda a los habitantes del pueblo. Explicaron su situación y les pidieron donaciones de ropa y juguetes. La respuesta fue abrumadora.

La gente del pueblo se unió en solidaridad y comenzaron a llegar montones de regalos al salón comunitario donde se llevaría a cabo la fiesta sorpresa. El día de la fiesta llegó y todo estaba listo. Ariana estaba emocionada por ver las caras felices de los niños al recibir sus regalos.

Cuando los niños entraron al salón, sus ojos se iluminaron con alegría. Todos recibieron regalos, nuevos amigos y mucha diversión durante toda la tarde. Ariana se sentía maravillada por el poder que tenía para hacer feliz a otros niños.

Se dio cuenta de que incluso siendo pequeña, podía hacer grandes cosas si ponía su corazón en ello. Después de la fiesta, Ariana decidió seguir ayudando a los demás durante todo el año.

Se convirtió en una voluntaria activa en su comunidad y siempre buscaba formas de llevar alegría y amor a aquellos que más lo necesitaban.

Y así, gracias al libro mágico y su nuevo amigo Tito, Ariana aprendió el verdadero significado de la Navidad: compartir amor, bondad y alegría con todos aquellos que nos rodean.

FIN.

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