La fiesta mágica de Elmer


En el corazón del bosque vivía Elmer, un elefante de colores muy especial. Su piel era de mil colores brillantes que cambiaban según su estado de ánimo.

Elmer siempre estaba alegre y dispuesto a ayudar a sus amigos del bosque en lo que fuera necesario. Un día, Elmer se despertó con una gran sonrisa en su rostro.

¡Era su cumpleaños! Estaba tan emocionado que no podía parar de dar vueltas alrededor de los árboles mientras tarareaba una canción. Sin embargo, conforme pasaba el día, Elmer comenzó a preocuparse. Sus amigos no le habían mencionado nada sobre su cumpleaños, y eso lo entristeció un poco.

"¿Será que se olvidaron de mi cumpleaños?", pensaba Elmer para sí mismo mientras caminaba por el bosque. De repente, escuchó risas y murmullos detrás de unos arbustos. Curioso, se acercó sigilosamente y vio a todos sus amigos del bosque preparando algo entre risas y secretos compartidos.

"¡Sorpresa!", gritaron todos al unísono cuando Elmer salió de detrás de los arbustos. El elefante colorido no podía creer lo que veían sus ojos: una hermosa fiesta sorpresa decorada con globos, guirnaldas y una gran torta en el centro.

Sus amigos habían recordado su cumpleaños después de todo. "¡Oh, muchísimas gracias! ¡Esto es maravilloso!" exclamó Elmer emocionado mientras las lágrimas le brotaban de emoción. La fiesta estuvo llena de juegos divertidos, bailes desenfrenados y risas contagiosas.

Todos los animales del bosque se reunieron para celebrar la vida y la amistad con Elmer como protagonista. Sin duda alguna, fue el mejor cumpleaños que Elmer había tenido jamás.

Se sintió querido y valorado por sus amigos, quienes le demostraron que siempre estarían ahí para él en los buenos momentos y también en los difíciles.

Al finalizar la fiesta, bajo un cielo estrellado iluminado por la luna llena, Elmer sopló las velitas de su torta pidiendo un deseo secreto: que la amistad y el amor reinen eternamente en el corazón del bosque encantado donde vivía junto a sus entrañables compañeros animals, plumosos y escamosos.

Y así fue como Elmer aprendió que no importa cuánto uno tema ser olvidado o ignorado; siempre habrá alguien especial dispuesto a recordarte cuán importante eres en sus vidas.

Y esa certeza llenó su alma sensible de alegría infinita hasta el próximo año cuando volvería a celebrar otro inolvidable cumpleaños rodeado del cariño sincero de quienes más lo querían.

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