La Fiesta mágica del bosque



Era un hermoso día en el bosque mágico, donde el sol brillaba y las flores bailaban al compás de la brisa. Todos los animales del bosque estaban muy emocionados porque había una gran fiesta organizada por la sabia lechuza Lila. Lila había enviado invitaciones a todos sus amigos y les había pedido que llevaran algo especial cuyo nombre comenzara con la primera letra de su nombre. ¡La fiesta se acercaba!

El primer en llegar fue el adorable ciervo llamado Damián. Él trajo deliciosas damascos.

"¡Miren lo que traje!" - dijo con una gran sonrisa "Son jugosos damascos, perfectos para compartir".

Luego llegó el burro Bruno, que decidió llevar una bolsa llena de bellotas.

"¡Hola a todos!" - saludó con un rebuzno "Aquí tienen bellotas frescas, ¡son riquísimas!".

"¡Qué rico, Bruno!" - exclamó Damián, mientras todos comenzaron a salivar.

Pronto llegó Olivia la Osa, con una cesta repleta de naranjas:

"¡Hola, amigos!" - dijo feliz mientras mostraba su cesta "Traje naranjas para que hagan jugo".

"¡Qué buena idea, Olivia!" - contestó Bruno, quien siempre amaba el jugo de naranjas.

La fiesta comenzó a tomar forma, y cada uno de los animales trajo su contribución: Lila trajo limones, el pez Pato llevó pan y la tortuga Sofía trajo su sabrosa sopa. Sin embargo, cuando todos estaban disfrutando de la deliciosa comida y bailando, notaron que faltaba alguien.

"¿Dónde está el astuto zorro Zorro?" - preguntó Olivia, notando que su amigo no estaba presente.

"No lo sé", - contestó Lila, que era la más sabia del grupo.

"Quizás le haya costado encontrar algo que llevar".

Los animales decidieron salir a buscar a Zorro. Cada uno se organizó en diferentes grupos. Damián fue en búsqueda por la parte norte del bosque, Bruno se fue hacia el río, y Olivia decidió ir hacia las colinas. Lila, por su parte, observaba desde el aire.

Después de un rato, Damián escuchó un susurro entre unas matas de arbustos. Se acercó con curiosidad y encontró a Zorro, que estaba intentando sacar una pata atrapada entre las ramas de un arbusto espinoso.

"¡Zorro, amigo!" - gritó Damián "¿Qué te pasó?"

"¡Ayuda!" - dijo Zorro, asustado "Estaba buscando unas cerezas para traer a la fiesta, pero me quedé atrapado aquí".

Damián rápidamente utilizó su fuerza para ayudar a liberar a Zorro.

"¡Aguanta, amigo!" - mientras empujaba y empujaba, hasta que Zorro logró liberarse.

"¡Gracias, Damián!" - dijo el zorro, recuperando el aliento "No sé qué habría hecho sin tu ayuda".

"¿Y tus cerezas?" - preguntó Damián.

"Oh, no he podido recogerlas porque traté de salir corriendo cuando me di cuenta de lo atascado que estaba".

El ciervo pensó un instante y luego sonrió:

"No te preocupes. Vamos juntos, ahora que estás libre".

Ambos fueron hacia el frutal y lograron recoger una buena cantidad de cerezas. Con la ayuda mutuamente de Zorro, que había encontrado un camino menos espinoso, ambos regresaron a la fiesta justo a tiempo para el postre.

Cuando llegaron, todos los animales estaban muy preocupados y contentos al mismo tiempo;

"¡Zorro, estábamos tan preocupados!" - dijo Olivia con fuerza.

"No te asustes más", - añadió Lila, "todo lo que importa es que estás aquí ahora".

Zorro sonrió, sintiéndose feliz al ver a sus amigos tan preocupados y que habían hecho todo lo posible para encontrarlo.

"Lo siento, amigos. Estuve atrapado, pero ahora tengo algo especial para compartir" - levantó una cesta llena de cerezas.

Los animales aplaudieron emocionados. Todos sentaron alrededor de una gran mesa y disfrutaron del festín que habían preparado. La fiesta se convirtió en una gran celebración de unidad y amistad, donde todos entendieron que ayudar a los demás es lo más lindo que se puede hacer.

"Gracias por venir a buscarme, amigos" - dijo Zorro con una gran sonrisa "Aprendí que aunque a veces pasemos momentos complicados, siempre podemos contar con nuestros amigos para salir adelante".

"¡Exacto!" - exclamó Lila, "¡eso es lo que hace que nuestra comunidad sea mágica!".

Desde ese día, Zorro siempre se acordó de llevar algo especial a cada reunión y de agradecer a sus amigos por su ayuda. La fiesta en el bosque se convirtió en una tradición donde animales de todos los rincones venían a compartir alimentos y experiencias, creando un ambiente unido y solidario que hacía que el bosque mágico fuese un lugar aún más especial.

FIN.

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