La Fiesta Salvaje de Yawar
Había una vez en la selva argentina un simpático y travieso puma llamado Yawar. A Yawar le encantaba jugar, correr por el bosque y explorar nuevos lugares.
Pero lo que más disfrutaba era organizar fiestas con todos sus amigos animales. Un día, Yawar decidió que quería hacer la fiesta más grande que la selva hubiera visto nunca.
Quería invitar a todos los animales: desde los más pequeños como las mariposas y los pájaros, hasta los más grandes como el oso hormiguero y el jaguar. Yawar comenzó a prepararlo todo con mucha emoción. Decoró el claro del bosque con guirnaldas de flores, colocó luces brillantes en los árboles y preparó una gran fogata para bailar alrededor.
Estaba tan emocionado que no podía dejar de saltar de un lado a otro. "¡Qué divertido va a ser esta fiesta! ¡Estoy seguro de que será la mejor de todas!", exclamaba Yawar mientras colgaba las últimas guirnaldas.
Todos los animales de la selva estaban ansiosos por asistir a la fiesta de Yawar. La noticia se había esparcido rápidamente gracias al loro parlanchín que contaba todo lo que veía.
El día de la fiesta finalmente llegó y todos los animales se reunieron en el claro del bosque. Había música, baile, risas y juegos para todos. Los monos saltaban entre las ramas, las mariposas revoloteaban alrededor de las flores y los pájaros cantaban melodías alegres.
Pero justo cuando la fiesta estaba en su punto máximo, un fuerte rugido resonó en toda la selva. Era el temible jaguar Taita, quien no había sido invitado a la fiesta y estaba muy molesto por eso.
"¡¿Cómo te atreves a hacer una fiesta sin invitarme? ! ¡Prepárate para enfrentarte a mí!", gruñó Taita acercándose amenazadoramente hacia Yawar.
Yawar sintió miedo en un primer momento, pero luego recordó algo muy importante: siempre es mejor resolver los problemas con diálogo antes que con violencia. Así que decidió hablar con Taita. "Taita, lamento mucho no haberte invitado a mi fiesta. Fue un descuido imperdonable de mi parte", dijo Yawar con sinceridad. Taita se detuvo sorprendido por las palabras amables de Yawar.
Después de unos momentos de silencio tenso, finalmente respondió:"Bueno... está bien entonces... pero solo esta vez. "Y así, Taita se unió a la fiesta junto con todos los demás animales.
La música siguió sonando, las risas continuaron resonando en toda la selva y la noche se convirtió en una celebración inolvidable para todos.
Al finalizar la fiesta, Yawar comprendió una importante lección: siempre es mejor ser amable y resolver conflictos pacíficamente antes que recurrir a la violencia. Desde ese día en adelante, todas las criaturas del bosque vivieron en armonía gracias al ejemplo inspirador del valiente puma Yawar.
FIN.