La fiesta sorpresa




En un soleado día de primavera, el amigo de Lucas se despertó con una gran sonrisa en el rostro. Hoy era el cumpleaños de Lucas, su mejor amigo, y tenía un plan especial en mente.

Mientras tanto, Lucas despertó con un nudo en el estómago. Había revisado su teléfono una y otra vez, pero no había recibido ni un solo mensaje de cumpleaños. Estaba convencido de que su amigo lo había olvidado.

Lleno de tristeza, se preparó para enfrentar el día. - ¿Qué te sucede, Lucas? ¿Por qué no sonríes en tu cumpleaños? - le preguntó su mamá al verlo desanimado. Lucas, con la mirada baja, respondió: - Es que creo que mi amigo se olvidó de mi cumpleaños.

Me siento muy triste. Su mamá le dio un abrazo reconfortante y le dijo que no se preocupara, pero Lucas no podía quitarse la tristeza de encima.

Mientras tanto, su amigo estaba ocupado decorando el jardín de Lucas con globos y pancartas que decían "¡Feliz cumpleaños, Lucas!". Había invitado a todos los amigos de Lucas a la fiesta sorpresa que había organizado con tanto amor.

Cuando llegó la hora, su amigo fue a buscar a Lucas y lo llevó hasta su casa con los ojos vendados. Al llegar, todos saltaron y gritaron "¡Sorpresa!". Lucas se llevó la mano al pecho sorprendido, con lágrimas en los ojos. Nunca se había sentido tan amado y especial.

A partir de ese momento, comprendió que a veces las mejores sorpresas vienen cuando menos te lo esperas. Aprendió a valorar la importancia de la paciencia y a no dejarse llevar por la tristeza antes de conocer toda la historia.

Desde ese día, la amistad entre Lucas y su amigo se fortaleció más que nunca, recordándoles lo especial que es compartir momentos felices juntos.

FIN.

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