La Fiesta Sorpresa de Iván y Guiliana



Era un hermoso día soleado en la ciudad, y Iván y Guiliana, dos amigos de la infancia, estaban llenos de emoción. Habían decidido que era tiempo de organizar una fiesta sorpresa para su querido amigo Mateo, que cumplía años. Sin embargo, tenían una misión: hacer las compras en el supermercado, así que tomaron una decisión un poco arriesgada: faltar a la escuela.

"Si nos apuramos, podemos volver antes de que se dé cuenta y nadie sospechará nada", propuso Iván con una sonrisa traviesa.

"¡Sí! No podemos dejar que Mateo se entere. ¡Vamos!" contestó Guiliana.

Así que los dos amigos se escaparon alegremente de la escuela. Cuando llegaron al supermercado, la aventura apenas comenzaba. El lugar estaba lleno de colores, sonidos y olores que los rodeaban.

"¡Mirá, Guiliana! Hay globos de muchos colores. Debemos llevar algunos para decorarle la casa a Mateo", exclamó Iván, señalando una sección llena de globos.

"¿Y qué tal una torta?", sugirió Guiliana mientras miraba las vitrinas repletas de delicias.

Se pasaron un buen rato eligiendo las mejores cosas para la fiesta. Sin embargo, al poco tiempo, comenzaron a darse cuenta que el dinero que habían ahorrado no era suficiente.

"Oh no, Iván. ¿Qué haremos? Queríamos hacerle una gran fiesta a Mateo, y ahora no sé si podremos", dijo Guiliana, un poco desanimada.

"No te preocupes. Hay que pensar en algo ingenioso. ¿Y si hacemos un 'trueque'?" sugirió Iván.

"¿Trueque? ¿Con quién?" preguntó ella, con curiosidad.

"Podemos ofrecer nuestros talentos. Yo puedo ayudar a alguien con sus tareas y tú puedes hacer dibujos para decorar su casa. ¡Eso podría funcionar!"

Así que decidieron intentar la idea. Se acercaron a un anciano que vendía frutas frescas.

"Disculpe, señor. ¿Le gustaría que le ayudemos a recolectar dinero? Yo puedo ayudarlo con sus tareas", ofreció Iván.

"Y yo puedo hacerle unos bonitos dibujos para que les ponga a sus productos", agregó Guiliana con una amplia sonrisa.

El anciano, encantado con su propuesta, accedió a darles fruta a cambio de su ayuda. Así, Iván y Guiliana juntaron suficiente dinero para comprar todo lo que necesitaban. Regresaron al supermercado, llenos de entusiasmo.

Llenaron su carrito con globos, una hermosa torta, y muchos snacks. Al finalizar sus compras, estaban muy orgullosos de su trabajo en equipo.

"¡Lo logramos!", exclamó Guiliana mientras empujaba el carrito hacia la caja.

"Mateo va a estar tan feliz. Hicimos un gran esfuerzo, y no solo eso, también aprendimos algo nuevo: trabajar en equipo da mucho mejores resultados."

Después de pagar, se apresuraron a llegar a casa de Mateo. Con los globos volando por todas partes y la torta brillante en el centro de la mesa, todo estaba listo para la fiesta.

Cuando Mateo llegó, la sorpresa fue indescriptible.

"¡Sorpresa!", gritaron Iván y Guiliana al unísono.

"¡No lo puedo creer! ¿Ustedes organizaron todo esto?", preguntó Mateo, con una gran sonrisa.

La fiesta fue un éxito rotundo. Todos los amigos de la escuela compartieron risas, juegos y un delicioso pastel. Al final del día, Matteo agradeció a sus amigos.

"No solo fue una gran fiesta, también aprendí de ustedes. ¡El esfuerzo en equipo siempre vale la pena!"

Desde ese día, Iván y Guiliana prometieron que, aunque siempre irían a la escuela, nunca dejarían de trabajar juntos para hacer sonreír a sus amigos. A veces, las mejores aventuras se encuentran al lado de quienes más queremos.

FIN.

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