La Fiesta Sorpresa de Jeny



Era un hermoso día soleado en Gran Canaria y Jeny se despertó con una sonrisa en su rostro. Hoy era su cumpleaños y sabía que su maridito Jorge y su pequeño Thiago le habían preparado algo especial. Al asomarse por la ventana, vio las olas del mar brillando bajo el sol y sintió que sería un día maravilloso.

"¡Buenos días, mi amor!" le gritó Jorge desde la cocina mientras cocinaba algo delicioso. La esencia de las hamburguesas flotaba en el aire.

"¡Buenos días! ¿Qué estás cocinando, papá?" preguntó Thiago, con sus ojos chispeantes de curiosidad.

"Es una sorpresa, mi rey. ¿Y tú, qué le dirías a mamá para su cumpleaños?" respondió Jorge, guiñándole un ojo mientras daba la vuelta a una hamburguesa con destreza.

Thiago pensó un momento y dijo:

"¡Le diré que es la mejor mamá del mundo y que la amo mucho!"

Jorge sonrió y continuó cocinando. Pero mientras llenaba de amor el bar Los Cangrejos, pensaba en cómo hacer que el cumpleaños de Jeny fuera más especial. De repente, le dio una idea brillante.

"Thiago, ¿Qué te parece si le preparamos una fiesta sorpresa?"

"¡Sí, quiero hacerle una hermosa tarjeta!" exclamó Thiago emocionado.

Mientras Thiago se sentaba en la mesa a dibujar, Jorge empezó a planear la celebración. Sabía que a Jeny le encantaba estar rodeada de familia y amigos, así que llamaría a todos los que pudiera: vecinos, conocidos y clientes del bar.

Mientras tanto, en la cocina, Thiago completó su tarjeta y la mostró a su papá. Tenía dibujadas flores, globos y un gran corazón rojo.

"¡Es hermosa! Ahora vamos a esconderla para que no la vea hasta la fiesta" dijo Jorge.

En ese momento, Jeny entró al bar con una sonrisa, sin saber nada de lo que estaba sucediendo.

"¡Huele rico! ¿Qué es lo que estás cocinando?" preguntó Jeny mientras se acercaba.

"Solo algunas hamburguesas, cariño. Ven, ayúdame un momento en la cocina" respondió Jorge rápidamente.

Mientras Jeny estaba distraída, Jorge y Thiago comenzaron a arreglar el lugar con globos de colores y serpentinas. Al cabo de un rato,

"¡Listo! Ahora hay que esperar a que lleguen los invitados", dijo Jorge un poco nervioso mientras miraba el reloj.

Finalmente, llegaron los amigos. Todo estaba preparado. Jorge dio un vistazo furtivo a Thiago, que estaba escondido detrás de una mesa.

Minutos más tarde, cuando el reloj marcó la hora, Jeny entró al bar sin ninguna sospecha.

"¡Sorpresa!" gritaron todos a la vez.

Jeny se quedó paralizada de la emoción, cubriéndose la boca con las manos.

"¡Oh por Dios! ¡Esto es increíble!" gritó feliz.

"¡Te amamos, mamá!" dijeron Thiago y Jorge mientras le entregaban la tarjeta. Jeny la abrió y sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría.

"Es la mejor tarjeta que he recibido en mi vida. Gracias, mi amor, gracias!"

El día continuó con risas, juegos y deliciosas hamburguesas de Los Cangrejos. Pero mientras la fiesta seguía, algo inesperado sucedió: el aire comenzó a llenarse del sonido de las olas y el canto de las gaviotas.

"¿Qué pasa?" preguntó Thiago, mirando hacia la ventana. En ese instante, un colorido grupo de gaviotas empezó a volar alrededor del bar.

Todos los invitados salieron a ver.

"¡Miren! ¡Son como si estuvieran celebrando juntos con nosotros!" exclamó Jorge.

"¡Qué mágico!" dijo Jeny, sonriendo. "Es como si la naturaleza se uniera a nuestra celebración".

El día culminó con un gran baile en la terraza del bar, y mientras todos se divertían, Jeny se sintió más que agradecida por tener a su familia y amigos a su lado.

Y así, en esa hermosa isla, Jeny supo que no importaban los años, lo que realmente contaba eran los momentos compartidos, el amor de su familia y la felicidad de estar juntos.

Con el sol poniéndose en el horizonte, todos levantaron sus copas.

"¡Por muchos más cumpleaños juntos!" dijo Jorge.

"¡Feliz cumpleaños, mamá!" gritó Thiago con toda su fuerza.

Y así, entre risas y amor, comenzaron nuevamente otro año juntos, lleno de aventuras y momentos inolvidables.

FIN.

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