La final de la amistad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Fútbolandia, donde todos los niños y niñas eran apasionados por el fútbol. En ese lugar, vivían dos amigos inseparables llamados Leo y Kylian.
Ambos soñaban con convertirse en grandes futbolistas y jugar en la final de la Copa del Mundo. Un día, se anunció que Argentina y Francia se enfrentarían en la gran final.
Todos estaban emocionados, pero Leo y Kylian estaban especialmente entusiasmados porque tendrían la oportunidad de ver a sus ídolos, Messi y Mbappé, jugar cara a cara. La noche antes del partido, Leo tuvo un sueño muy especial. Soñó que él también estaba jugando en esa final contra su amigo Kylian.
Se imaginaba cómo sería enfrentarse a su compañero de juegos en una cancha tan importante. Al despertar, Leo estaba lleno de energía e ilusión. Corrió rápidamente hacia la casa de Kylian para contarle su sueño.
- ¡Kylian! ¡Tengo algo increíble que contarte! -exclamó Leo emocionado-. ¡Soñé que jugábamos juntos en la final! Kylian sonrió y respondió:- Eso sería genial, Leo. Pero sabes que solo uno puede ganar.
Leo asintió con tristeza pero luego recordó algo importante:- Tienes razón, solo uno puede ganar... Pero eso no significa que nuestra amistad tenga que terminar si competimos entre nosotros. Podemos seguir siendo amigos sin importar quién gane o pierda.
Kylian reflexionó sobre las palabras de Leo y sonrió nuevamente:- Tienes toda la razón, Leo. Nuestra amistad es más importante que cualquier partido. Si llegamos a jugar en esa final, lo haremos con respeto y admiración el uno por el otro.
Llegó el día del partido y ambos equipos estaban listos para enfrentarse en el estadio lleno de espectadores emocionados. Argentina y Francia salieron al campo con todo su talento y habilidad.
La primera mitad del partido fue intensa y reñida, pero ninguno de los dos equipos lograba marcar un gol. Hasta que, en un momento clave del segundo tiempo, Messi tomó el balón y comenzó a driblar a los defensores franceses. - ¡Messi va hacia la portería! -gritó emocionado Leo desde las gradas-.
¡Vamos Lionel, anota ese gol! Pero justo cuando Messi estaba a punto de disparar al arco francés, Kylian se interpuso valientemente entre él y la portería. - ¡No dejaré que anotes fácilmente, Lionel! -dijo Kylian decidido.
En ese instante mágico, Leo recordó las palabras de amistad que habían compartido antes del partido. Entonces decidió hacer algo extraordinario: tocar el balón hacia atrás para pasarle a su amigo Kylian. Kylian quedó sorprendido por la acción desinteresada de Leo pero no dudó en aprovecharla.
Tomó impulso y remató con todas sus fuerzas hacia la portería argentina. - ¡Gooooooooooool! -gritó la multitud mientras veían cómo el balón ingresaba al arco argentino. Argentina celebraba junto a Francia este increíble gol marcado por Kylian.
Los dos amigos se abrazaron en el campo, demostrando que la amistad siempre está por encima de la competencia.
Al final del partido, Francia ganó por 1-0, pero eso no importaba tanto como la lección que Leo y Kylian habían aprendido: que el fútbol es un deporte donde la amistad y el respeto son fundamentales. Desde ese día, Leo y Kylian siguieron jugando juntos en Fútbolandia con más pasión que nunca.
Y aunque cada uno tenía sus sueños individuales, siempre recordaban aquel partido en el que demostraron al mundo entero lo importante que era mantener una amistad verdadera.
FIN.