La Finca Encantada



Había una vez un grupito de amigos paisas que se aventuraron a visitar una finca abandonada en medio del monte, que según decían, estaba embrujada. "¡Qué chimba! ¿Y qué vamos a hacer allá?", preguntó Juancho con emoción.

"Pues ver si es verdad todo lo que dicen", respondió la valiente Camila. Así que se armaron de valor y partieron hacia el lugar misterioso. Al llegar, se encontraron con una casa vieja y descuidada, rodeada por árboles y maleza.

"¡Parece la cucha del diablo!", exclamó Tito asustado. A pesar del miedo, decidieron entrar para explorar. Pero apenas pusieron un pie adentro, comenzaron a sentir cosas extrañas: ruidos raros, sombras moviéndose por las paredes y escalofríos recorriendo sus cuerpos.

"¡Vamosnos ya pa" fuera! ¡Este sitio está muy tenebroso!", gritó Chichi temblando de pies a cabeza. Pero cuando intentaron salir, notaron que la puerta estaba cerrada con llave desde afuera.

Se habían quedado atrapados en el lugar más espeluznante de todos. Por suerte para ellos, lograron encontrar una salida secreta detrás de un armario viejo y polvoriento. Corrieron como nunca antes lo habían hecho hasta alejarse lo suficiente de aquellos terrenos embrujados.

Desde ese día en adelante prometieron no volver a meterse en lugares peligrosos sin pensar primero en las consecuencias. Y así fue como aprendieron que no siempre lo desconocido es lo más emocionante.

FIN.

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