La Flor Azul Perdida


Había una vez un pequeño ratón llamado Gorra Rotura Flor Rio Papá, que vivía en el bosque con su familia. Era un ratón muy curioso y aventurero, siempre buscando nuevas experiencias.

Un día, mientras exploraba el bosque, Gorra encontró una hermosa flor azul brillante. Quedó tan maravillado por su belleza que decidió llevarla a casa para mostrársela a su papá. Cuando llegó a casa, Gorra se dio cuenta de que la flor había desaparecido de su gorra.

Desesperado, comenzó a buscarla por todas partes sin éxito alguno. "¿Qué te pasa hijo?"- preguntó su papá al verlo tan triste. "Perdí la flor que encontré en el bosque", respondió Gorra con lágrimas en los ojos.

Su papá lo abrazó y le dijo: "No te preocupes hijo, seguramente alguien más la necesitaba más que tú". Gorra no estaba seguro de entender lo que su papá quería decirle pero intentaba comprenderlo.

De todos modos seguía sintiendo mucha tristeza por haber perdido algo tan valioso para él. Pero entonces ocurrió algo inesperado. Al día siguiente, mientras jugaba en el bosque con sus amigos ratones, vio cómo una abeja llevaba consigo esa misma flor azul brillante en sus patas delanteras.

"¡Esa es mi flor!"- gritó Gorra emocionado mientras corría detrás de la abeja para recuperarla. Finalmente logró alcanzarla y le quitó la flor de sus patas. La sostuvo entre sus manos y la miró con admiración.

"Papá tenía razón", pensó Gorra, "tal vez alguien más la necesitaba más que yo". Desde ese día, Gorra aprendió una gran lección sobre la importancia de compartir y dejar ir las cosas que no nos pertenecen.

Y aunque nunca volvió a ver esa hermosa flor azul brillante, siempre recordaría su belleza y el valioso aprendizaje que le dejó.

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