La flor de Nadia y el ratón perdido



En un bello día de primavera, los gatos Ágatha y Gaspar se despertaron con una idea en sus cabezas: querían encontrar la flor más especial del jardín para regalársela a su pequeña dueña, Nadia.

Ambos gatos se miraron con entusiasmo y decidieron emprender juntos esta aventura. "Gaspar, tenemos que encontrar la flor más hermosa y única para Nadia. Ella se merece lo mejor", dijo Ágatha con determinación.

"¡Sí, Ágatha! Vamos a buscar por todo el jardín hasta encontrarla", respondió Gaspar emocionado. Los dos gatos comenzaron a explorar cada rincón del jardín, oliendo cada flor que encontraban en su camino.

Pasaron por rosas rojas, girasoles brillantes y margaritas blancas, pero ninguna les parecía lo suficientemente especial para Nadia. De repente, mientras caminaban cerca de un viejo rosal en el fondo del jardín, vieron una pequeña flor morada que brillaba bajo los rayos del sol.

Se acercaron lentamente y descubrieron que era una flor muy diferente a todas las demás que habían visto antes. Tenía pétalos suaves como terciopelo y desprendía un aroma dulce y delicado.

"¡Mira, Ágatha! ¡Esta es la flor perfecta para Nadia! Es tan hermosa y especial como ella", exclamó Gaspar emocionado. Ágatha asintió con una sonrisa y ambos gatos tomaron la flor con cuidado para llevársela a Nadia. En su camino de regreso a casa, se encontraron con Lucas el ratón, quien estaba perdido en el jardín.

"¿Pueden ayudarme a encontrar mi madriguera? Me he perdido", dijo Lucas con voz temblorosa. Ágatha y Gaspar intercambiaron miradas comprensivas y decidieron ayudar al pequeño ratón.

Juntos recorrieron el jardín hasta encontrar la madriguera de Lucas escondida entre las raíces de un árbol. "¡Gracias por ayudarme! Son unos verdaderos amigos", dijo Lucas emocionado antes de desaparecer en su madriguera. Ágatha y Gaspar continuaron su camino hacia la casa de Nadia con una sonrisa en sus rostros.

Al llegar, le entregaron la preciosa flor morada a Nadia, quien no pudo contener su alegría al verla.

"¡Es la flor más linda que he visto en mi vida! ¡Muchas gracias, Ágatha y Gaspar!", exclamó Nadia emocionada mientras abrazaba a sus queridos gatos. Esa noche, todos disfrutaron de una hermosa cena en familia junto a la nueva adición al centro de mesa: la maravillosa flor morada que Ágatha y Gaspar habían encontrado con tanto amor.

Y así, entre risas y juegos, demostraron que la verdadera belleza está en compartir momentos especiales con aquellos que amamos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1