La flor especial de mamá
En un hermoso jardín, vivía una familia de flores muy especiales. Había girasoles, rosas, margaritas y tulipanes, pero entre todas ellas se destacaba una flor única: la flor de mamá.
Esta flor era especial porque representaba el amor, el esfuerzo, la ternura, la abnegación y el respeto de mamá. Se destacaba por su brillo y fragancia dulce, pero lo más impresionante era su capacidad para transmitir amor a todos los que se acercaban a ella.
La flor de mamá tenía cinco pétalos, cada uno representando uno de los valores más importantes para mamá. El primer pétalo simbolizaba el esfuerzo que mamá dedicaba a cuidar a su familia.
El segundo pétalo representaba la ternura con la que mamá nos abrazaba y cuidaba. El tercer pétalo mostraba la abnegación de mamá al sacrificarse por nosotros. El cuarto pétalo reflejaba el respeto que mamá inculcaba en su familia. Y el quinto pétalo irradiaba el amor incondicional de mamá hacia todos sus hijos.
Un día, una malvada bruja intentó marchitar la flor de mamá. Pero el amor y los valores que representaba la protegieron y la mantuvieron fuerte.
Los demás integrantes del jardín se unieron para luchar contra la bruja, defendiendo a la flor de mamá. Con esfuerzo, ternura, abnegación y respeto, lograron vencer a la bruja y la flor de mamá volvió a brillar con todo su esplendor.
A partir de ese día, la flor de mamá se convirtió en un símbolo de amor y valores para todo el jardín, inspirando a todas las demás flores a esforzarse por ser mejores cada día, cuidando a los que las rodeaban con ternura, abnegación y respeto.
Y así, la flor de mamá demostró que con amor y valores, se pueden superar cualquier obstáculo y brillar con luz propia.
FIN.