La flor mágica de la amistad
Había una vez en el bosque encantado, tres amigos inseparables: Porqui, el cerdito curioso; Timoti, el pato juguetón; y Lechuzo Mágico, un sabio búho con poderes especiales.
Un día soleado mientras jugaban cerca del río, Porqui tropezó y cayó al agua arrastrado por la corriente. Timoti intentó ayudarlo, pero también se vio en apuros. "¡Porqui! ¡Timoti! ¡Agárrense de mi pata!" -gritó Lechuzo Mágico desde lo alto de un árbol.
Con su magia, Lechuzo creó un puente de ramas para rescatar a sus amigos. Una vez a salvo en la orilla, los tres animales temblaban de miedo y agradecimiento. "Gracias Lechuzo Mágico, sin ti estaríamos perdidos" -dijo Porqui con voz temblorosa.
Lechuzo sonrió con ternura y les explicó que debían recorrer tres lugares mágicos para encontrar el antídoto que los protegería de futuros peligros. El primer lugar era el Jardín de las Mariposas Brillantes, donde debían buscar una flor especial custodiada por mariposas luminosas.
El camino no sería fácil; tendrían que cruzar el Bosque Encantado Oscuro lleno de sombras inquietantes. Sin embargo, juntos emprendieron la aventura confiando en la sabiduría de Lechuzo Mágico.
Al llegar al Jardín de las Mariposas Brillantes, quedaron maravillados por la belleza de las criaturas danzantes. Las mariposas los llevaron ante la flor especial y les enseñaron a cuidarla con amor y gratitud. Con la flor en su posesión, partieron hacia el segundo lugar: La Cascada Arcoíris.
Caminaron durante horas hasta llegar a una cascada majestuosa donde brillaban todos los colores del arcoíris reflejados en el agua cristalina. Allí debían sumergir la flor especial para activar sus propiedades curativas.
"¡Es tan hermoso!" -exclamó Timoti emocionado mientras sostenía la flor sobre la cascada. De repente, una brisa misteriosa envolvió a los amigos y la flor comenzó a brillar intensamente antes de sumergirse en las aguas arcoíris.
Al sacarla, vieron cómo ahora emitía destellos protectores que los rodeaban como una burbuja mágica. El último destino era la Cima del Árbol Anciano donde debían plantar la flor especial para sellar su amistad eterna y fortalecer su vínculo como equipo valiente.
Escalaron juntos hasta lo más alto enfrentando sus miedos internos y externos hasta llegar al imponente Árbol Anciano. Allí cavaron juntos un pequeño agujero donde depositaron con cuidado la flor especial mientras pronunciaban palabras llenas de amor y lealtad hacia cada uno.
En ese instante, una luz brillante iluminó el cielo anunciando que su misión había sido completada con éxito.
Desde ese día Porqui, Timoti y Lechuzo Mágico se convirtieron en leyendas vivientes dentro del Bosque Encantado inspirando a otros animales a seguir su ejemplo: trabajar juntos superando obstáculos gracias al poderoso vínculo de la amistad verdadera.
FIN.