La Flor Maravillosa y el Jardín Escondido



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, una flor muy hermosa que crecía en el centro de un hermoso jardín. Su nombre era Lila, y su color vibrante iluminaba todo a su alrededor. Todos en el pueblo se detenían a admirarla y a oler su dulce fragancia.

Un día, mientras Lila disfrutaba del sol, unas pequeñas mariposas, curiosas y alegres, se acercaron a ella.

"¿Por qué todos están tan asombrados por tu belleza, Lila?" - preguntó una de las mariposas, llamada Mari.

"Porque nunca han visto un color tan hermoso como el mío" - respondió Lila con una sonrisa.

Pero a Lila no le gustaba ser solo admirada por su belleza. Ella deseaba ser útil y ayudar a los demás. Así que un buen día, decidió salir de su jardín y explorar el mundo más allá.

Al principio, Lila se sintió un poco asustada. El mundo era grande y lleno de sorpresas. Caminando por el bosque, se encontró con una hoja marchita llamada Verde, que suspiraba.

"¿Qué te pasa, Verde?" - preguntó Lila amablemente.

"Estoy triste porque no puedo ser tan hermosa como tú. Todos me ignoran" - respondió la hoja, con una voz apagada.

Lila pensó por un momento y dijo:

"La belleza no lo es todo. Lo importante es lo que tenemos dentro. ¿Te gustaría ayudarte a encontrar tu propio brillo?"

Verde asintió tímidamente. Juntas, decidieron organizar una pequeña fiesta en el bosque para invitar a todas las pequeñas criaturas. La hoja marchita decoró el lugar con ramitas y flores, mientras que Lila se encargó de invitar a todos los animales.

Cuando llegó el día de la fiesta, el bosque estaba lleno de risas y alegría. Lila, aunque era la flor más hermosa, se dio cuenta de que Verde brillaba más que nunca, no por su apariencia, sino por su gran corazón al organizar la fiesta.

Entre los invitados, se encontraba un viejo roble llamado Abuelo Tronco.

"Has hecho un gran trabajo, Verde" - exclamó el abuelo. "Cada uno de ustedes aporta algo único al bosque. La belleza de Lila es solo una forma de ser especial, pero la bondad y la creatividad de Verde son aún más valiosas."

Lila sonrió y dijo:

"¡Eso es, amigos! ¡La verdadera belleza está en lo que hacemos por los demás!"

Todo el mundo aplaudió, y desde ese día, Lila y Verde se convirtieron en mejores amigas. Juntas, organizaron más fiestas y actividades en el bosque, enseñando a los demás que cada uno tiene algo especial para ofrecer.

A medida que pasaba el tiempo, Lila se dio cuenta de que no necesitaba ser admirada solo por su belleza. La felicidad de hacer felices a otros era el verdadero regalo. A partir de ese momento, la hermosa flor no sólo adoraba su apariencia, sino también los fuertes lazos que había creado con sus amigos y las maravillosas experiencias vividas.

Y así, el pequeño pueblo, con el jardín de Lila, se convirtió en un lugar donde la bondad y la amistad florecieron más que cualquier rosa. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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