La flor reubicada
Había una vez una niña llamada Sofi, a quien le encantaba jugar en el parque. Un día, mientras exploraba el lugar, vio una hermosa flor rosa que llamó su atención.
Sin pensarlo dos veces, la tomó y la cortó con sus tijeras de jardín. -¡Mira mamá! ¡Mirá qué flor tan bonita encontré! -dijo Sofi emocionada. La madre de Sofi se acercó y al ver lo que había hecho su hija, se entristeció un poco.
-Sofi, esa flor no era nuestra para tomar. Es importante respetar las plantas y los árboles del parque. Ellos son parte de nuestro medio ambiente y debemos cuidarlos -le explicó su madre.
Sofi se sintió mal por lo que había hecho y decidió hacer algo al respecto. Entonces, fue a buscar al jardinero del parque para pedirle ayuda. -Hola señor jardinero -saludó Sofi-. Yo corté esta flor sin saber que estaba mal.
¿Podría ayudarme a plantarla de nuevo en el parque? -Claro que sí pequeña -respondió el jardinero-. Me alegra ver que quieres hacer lo correcto. Juntos, Sofi y el jardinero buscaron un buen lugar donde pudieran plantar la flor rosa nuevamente.
Después de encontrarlo, cavaron un agujero en la tierra y colocaron cuidadosamente la planta dentro de él. Luego agregaron agua fresca para ayudarla a crecer fuerte y saludable.
Desde ese día en adelante, Sofi comenzó a comprender mejor la importancia de cuidar nuestros recursos naturales y aprendió la lección de que es mejor dejar las plantas y los árboles del parque donde están para que todos puedan disfrutarlos.
Y la flor rosa, gracias a la ayuda de Sofi y el jardinero, floreció más hermosa que nunca.
FIN.