La Flor y el Árbol


Había una vez en un bosque mágico una hermosa flor azul, la más hermosa de todas. La flor era solitaria, no tenía amigos ni compañeros en el bosque y pasaba sus días tristes por la falta de compañía.

Un día, mientras la flor se encontraba sola pensando en lo triste que era su vida, aparecieron cinco animales del bosque: un conejo, un zorro, un búho, una mariposa y un caracol.

- ¡Qué hermosa eres! -dijo el conejo emocionado al ver a la flor. - Sí, nunca había visto una flor tan bonita como tú -dijo la mariposa con admiración. - ¿Podemos ser tus amigos? -preguntó el búho con entusiasmo. La solitaria flor no podía creerlo.

Por fin había encontrado amigos en el bosque mágico. Los seis se hicieron inseparables y pasaban todo el día jugando juntos. Pero había algo que perturbaba al frondoso árbol que estaba cerca de ellos.

El árbol tenía mucha envidia del hermoso color azul de aquella flor y deseaba tener uno igual para él. Un día mientras los seis amigos estaban jugando cerca del árbol, este les dijo:- ¿Sabéis qué? Me gustaría tener flores azules como vosotros.

Sería mucho más bonito si tuviera ese color también. La solitaria flor notó que su amigo el árbol estaba triste y le preguntó qué le ocurría. El árbol contestó:- Me da mucha envidia tu belleza y quisiera tener algo así para mí también.

La flor pensó un momento y luego dijo:- ¿Sabes? Cada uno de nosotros tiene algo especial que lo hace diferente a los demás. Tú eres un árbol grande y fuerte, tienes muchas ramas para que todos podamos jugar en ellas.

Y yo soy una flor solitaria, pero ahora tengo amigos gracias a ti. Los demás animales asintieron en señal de acuerdo.

El árbol se sintió muy feliz al escuchar esto y entendió que cada uno de ellos era único e irrepetible, con sus propias virtudes y defectos. Desde ese día el árbol dejó de sentir envidia por la belleza de la flor azul y se dio cuenta de lo importante que es aceptarse tal cual uno es.

Y así, la solitaria flor encontró amigos verdaderos en el bosque mágico y juntos aprendieron la importancia del valor propio y la aceptación.

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