La Fortaleza de la Vieja Montaña
Érase una vez, en un reino distante, un maestro constructor llamado Elric. Era conocido no solo por su enorme talento en la arquitectura, sino también por su sabiduría y bondad. Un día, el rey del reino convocó a Elric y le dijo: "Elric, necesito que construyas una fortaleza en la cima de la vieja montaña para proteger a nuestro pueblo de posibles amenazas. Debe ser impresionante y fuerte como nunca antes se haya visto."
Elric sonrió y aceptó el desafío. "No se preocupen, su majestad. Construiré una fortaleza que refleje nuestra grandeza y poder."
Mientras Elric pensaba en los materiales y técnicas a utilizar, se le ocurrió que la arquitectura románica era la mejor opción. Las fortalezas románicas eran conocidas por su resistencia y sus imponentes estructuras.
Así comenzó la aventura. Elric reunió a un grupo de constructores y artesanos del reino. Juntos, comenzaron a escalar la مزra de la vieja montaña, llevando consigo grandes bloques de piedra. "Miren bien estas piedras", dijo Elric a sus ayudantes. "La sillería que utilizaremos será la base de nuestra fortaleza. Estas piedras talladas en forma rectangular se unificarán en una estructura sólida y robusta."
Los días transcurrían y poco a poco la fortaleza iba tomando forma. Los contrafuertes, esas grandes paredes de apoyo, se alzaban en las esquinas, otorgándole estabilidad a la construcción. "Los contrafuertes no son solo decorativos", explicó Elric a una niña que miraba asombrada. "Son vitales para soportar el peso de los muros y evitar que se derrumben. Quiero que entiendan que así como nosotros usamos el apoyo de otros, estas paredes sostienen la fortaleza."
Una tarde, mientras trabajaban, un grupo de viajeros llegó al pie de la montaña. En el grupo había un anciano sabio que, al ver el trabajo de Elric, se acercó y le dijo: "He visto muchas fortalezas, joven constructor, pero la tuya será más que una simple edificación. Reflejará la unión y el poder de este pueblo."
Intrigado, Elric preguntó: "¿Por qué lo dices, anciano?"
"Porque has elegido usar saeteras en tu diseño. Esas aberturas en la pared permitirán a los arqueros defender la fortaleza sin exponerse al peligro. Pero también son un símbolo de vigilancia y protección, así como cada uno de nosotros está aquí para cuidar a nuestra familia y amigos."
Elric sonrió al comprender la profundidad de las palabras del anciano. Con cada bloque puesto, sentía el poder del compromiso y la colaboración en el aire. "Así es", murmuro para sí mismo. "Lo que construimos es más que una fortaleza; es el reflejo de nuestra fortaleza interna como comunidad."
Los constructores trabajaron y trabajaron, hasta que un día, la fortaleza quedó finalizada. Las murallas de piedra se alzaban majestuosamente, los contrafuertes parecían gigantes dormidos, y las saeteras abiertas eran como ojos atentos, vigilando el horizonte.
Cuando el rey llegó para ver la obra maestra, sus ojos brillaron. "Elric, esto es simplemente excepcional. Esta fortaleza no solo protegerá a nuestro pueblo, sino que también será un monumento a nuestra unidad."
"Esto es gracias a todos los que han trabajado aquí, su majestad. Cada piedra, cada contrafuerte, cada saetera cuenta una historia de nuestra gente y de nuestra fuerza como comunidad."
El rey, conmovido, organizó una gran celebración para honrar a Elric y sus ayudantes. Todos los habitantes del reino se reunieron para admirar la fortaleza y celebrar la colaboración que dio vida a un símbolo de poder. Desde ese día, la fortaleza no solo se usó para la defensa; se convirtió en un lugar de reunión, donde la gente compartía historias, alegría y se unía como nunca antes.
Así, Elric y su fortaleza en la vieja montaña se convirtieron en leyendas del reino, mostrando que las estructuras que construimos son solo un reflejo de la fuerza que llevamos dentro y del poder que tenemos cuando trabajamos juntos.
FIN.