La fortaleza de Mateo



de la medicina. Priscila sabía que los cuidados paliativos eran fundamentales para brindar una atención de calidad a los pacientes que se encontraban en etapas avanzadas de enfermedades graves.

Un día, mientras estaba en el hospital donde realizaba sus prácticas, Priscila conoció a Mateo, un niño de 10 años que luchaba contra una enfermedad terminal. A pesar de su corta edad, Mateo tenía una gran valentía y siempre mantenía una sonrisa en su rostro.

Priscila se acercó a él y le preguntó: "Hola Mateo, ¿cómo estás hoy?". Mateo respondió con entusiasmo: "¡Hola! Estoy bien, aunque un poco cansado". Priscila se sentó junto a él y comenzaron a conversar sobre sus sueños y deseos.

Mateo le dijo que siempre había querido ser astronauta y viajar al espacio. "Sería genial poder cumplir ese sueño", dijo Priscila. "Pero ahora mismo estoy aquí para asegurarme de que te sientas lo mejor posible".

A medida que pasaban los días, Priscila visitaba regularmente a Mateo para brindarle cuidados paliativos. Juntos jugaban juegos de mesa, veían películas divertidas y compartían risas. Priscila también ayudaba a aliviar el dolor físico de Mateo utilizando técnicas especiales aprendidas durante sus estudios.

Un día, cuando Priscila llegó al hospital, notó algo diferente en la habitación de Mateo. Había globos coloridos y decoraciones por todas partes. "¡Feliz cumpleaños!", exclamaron todos al unísono.

Priscila se sorprendió y le preguntó a Mateo: "¿Es tu cumpleaños hoy?"Mateo asintió emocionado. "Sí, y mis padres organizaron una pequeña fiesta para celebrarlo aquí en el hospital". La habitación se llenó de risas y alegría mientras todos disfrutaban de la fiesta.

Priscila estaba encantada de ver cómo Mateo podía encontrar felicidad en medio de las dificultades. A medida que pasaba el tiempo, la enfermedad de Mateo empeoraba y sus fuerzas disminuían. Pero Priscila nunca dejó de estar allí para él, brindándole apoyo físico y emocional.

Un día, cuando Priscila llegó al hospital, notó que Mateo estaba más tranquilo que nunca. —"Priscila" , dijo con voz suave, "quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mí. Tú has sido mi ángel guardián".

Priscila sintió un nudo en la garganta mientras respondía: "Mateo, tú también has sido mi inspiración. Tu valentía y determinación me han enseñado tanto". Ese día, Priscila supo que había cumplido su objetivo de marcar la diferencia en la vida de alguien.

Aunque no pudo hacer realidad el sueño de Mateo de convertirse en astronauta, sí logró acompañarlo durante su difícil camino hasta el final.

Después del fallecimiento de Mateo, Priscila decidió continuar trabajando en cuidados paliativos para ayudar a otros pacientes y sus familias a enfrentar los desafíos que conlleva una enfermedad terminal.

Y así fue como Priscila, con su dedicación y amor por los demás, siguió marcando la diferencia en la vida de muchas personas, recordando siempre a Mateo como su inspiración para nunca rendirse y siempre buscar la felicidad en cada momento.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!