La fresa mágica de Tomás



Había una vez un niño llamado Tomás, a quien le encantaba jugar al fútbol en el parque cerca de su casa. Siempre llevaba consigo su pelota roja y sus gafas redondas que le daban un aire muy simpático.

Un día soleado, mientras Tomás pateaba la pelota con entusiasmo, vio algo brillante entre los arbustos. Se acercó curioso y descubrió una hermosa fresa roja y jugosa. La tomó con cuidado y notó que estaba perfectamente madura.

Tomás no podía resistirse a probarla, así que se la comió con mucho gusto. ¡Qué delicia! Nunca antes había probado algo tan sabroso como esa fresa. Decidió guardar las semillas para plantar más tarde en su jardín.

De repente, escuchó un ruido extraño detrás de él. Se dio vuelta y vio a un conejito travieso que quería robarle la pelota. "-¡Hey, devuélveme mi pelota!", exclamó Tomás mientras corría detrás del conejito por todo el parque.

Después de una divertida persecución, logró recuperar su preciada pelota roja. Sin embargo, se dio cuenta de que sus gafas habían caído al suelo durante la carrera y ahora estaban rayadas.

Tomás se sintió triste porque necesitaba sus gafas para ver bien. En ese momento apareció Luna, una hada amiga de los animales del parque. "-No te preocupes, Tomás. Déjame ayudarte", dijo Luna con voz dulce mientras agitaba su varita mágica sobre las gafas rayadas.

Para sorpresa de Tomás, las gafas comenzaron a brillar intensamente y en cuestión de segundos estaban como nuevas. "-¡Gracias Luna! Eres increíble", exclamó emocionado el niño.

Luna sonrió y le recordó a Tomás lo importante que era cuidar sus pertenencias para no perderlas o dañarlas sin querer. Además, le enseñó que siempre debía estar atento a lo que ocurría a su alrededor para evitar situaciones desagradables como la pérdida de sus gafas.

Desde ese día en adelante, Tomás aprendió a valorar aún más sus cosas y a ser más consciente de todo lo que le rodeaba mientras disfrutaba de sus juegos en el parque junto a sus amigos animales.

Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero recuerda: ¡cuida tus pertenencias y presta atención a lo que te rodea!

FIN.

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