La fruta mágica del bosque
Una tarde soleada, Nuno decidió dar un paseo por el bosque cercano a su casa. Mientras caminaba, se topó con una fruta extraña y de un color poco común.
Era de un tono marrón oscuro, similar al de la caca de mono. - ¡Vaya! Esta fruta es muy rara - pensó Nuno - Tal vez Gino quiera verla. Nuno tomó la fruta en sus manos y corrió hacia su casa para mostrársela a su novio Gino.
Al llegar a casa, encontró a Gino sentado en el sofá viendo televisión. - Hola amor, ¿qué tal tu paseo? - preguntó Gino mientras le daba un beso a Nuno.
- ¡Mira lo que encontré en el bosque! - dijo Nuno emocionado mientras le entregaba la fruta. Gino examinó detenidamente la fruta y decidió probarla. Después de morderla varias veces, comenzó a sentirse extraño.
De repente, comenzaron a crecerle pelos en todo el cuerpo y sus dientes se afilaron como los de un lobo salvaje. - ¡Oh no! ¿Qué está pasando? - exclamó Nuno asombrado al ver cómo su novio se transformaba en un lobo delante de sus ojos.
El lobo salió corriendo por la puerta trasera sin mirar atrás. A pesar del susto inicial que sintió Nuno al verlo transformarse así, sabía que tenía que hacer algo para ayudarlo a volver a ser humano nuevamente.
Decidió ir al bosque para buscar ayuda y encontrar una solución a este extraño problema. En su camino, se encontró con una anciana muy sabia que vivía en una cabaña en el medio del bosque. - Disculpe, señora.
¿Podría ayudarme? Mi novio comió una fruta extraña y se transformó en un lobo - dijo Nuno preocupado. - Oh, eso es muy grave - respondió la anciana. - Pero no te preocupes, conozco un remedio para curarlo.
La anciana le dio a Nuno una poción especial hecha de hierbas y raíces mágicas. Le explicó que debía mezclarla con agua de manantial y darle de beber al lobo mientras estaba dormido bajo la luz de la luna llena.
Nuno corrió hacia su casa para preparar la poción y esperar a que llegara la noche. Cuando finalmente llegó el momento adecuado, fue al bosque donde había visto al lobo por última vez. Allí lo encontró durmiendo bajo un árbol en medio del claro del bosque.
Sin hacer ruido, Nuno le dio a beber la poción mágica mientras miraba fijamente las estrellas que brillaban sobre ellos. De repente, el cuerpo del lobo comenzó a temblar violentamente hasta que finalmente volvió a ser Gino otra vez.
Al despertar, Gino no recordaba nada acerca de su transformación ni cómo había llegado allí. - ¡Gracias amor! Has salvado mi vida - dijo Gino abrazando fuertemente a Nuno.
Desde ese día en adelante, nunca más volvieron a comer frutas extrañas sin antes investigar si eran seguras o no. Aprendieron la importancia de ser cuidadosos y responsables, y de buscar ayuda cuando se presentan problemas difíciles de resolver.
Y así, Nuno y Gino vivieron felices para siempre en su pequeña casa rodeada del bosque mágico que los había unido para siempre.
FIN.