La fuerza de la amistad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado —"Arcoiris" , una escuela donde todos los niños y niñas iban a aprender y divertirse juntos. En esa escuela, había un grupo de amigos muy especial: Lucas, Sofía, Martín y Valentina.
Lucas era alto y delgado, con cabello rizado negro como la noche. Sofía era risueña y siempre llevaba su hermoso vestido azul. Martín tenía pecas en su rostro y siempre estaba lleno de energía.
Y Valentina era bajita pero valiente, con ojos brillantes como dos luceros. Un día, mientras jugaban en el patio de la escuela, llegó un nuevo niño llamado Juanito.
Juanito tenía la piel más oscura que los demás niños y eso hizo que algunos niños comenzaran a burlarse de él. "Mira ese chico tan oscuro", decían algunos niños. Los amigos se dieron cuenta de lo que estaba pasando e inmediatamente decidieron hacer algo al respecto. Se acercaron a Juanito para brindarle su amistad.
"Hola Juanito, bienvenido a nuestra escuela", dijo Lucas sonriendo. Juanito miró a los cuatro amigos con sorpresa y timidez. "Gracias... ¿Puedo jugar con ustedes?", preguntó tímidamente. "¡Claro! Ven con nosotros", exclamó Valentina emocionada.
Desde ese día, Lucas, Sofía, Martín y Valentina incluyeron a Juanito en todas sus actividades escolares. Juntos jugaban al fútbol durante el recreo, compartían sus meriendas e incluso se ayudaban mutuamente en las tareas escolares.
Con el tiempo, los demás niños de la escuela comenzaron a darse cuenta de lo divertido y amigable que era Juanito. Todos se dieron cuenta de que el color de su piel no importaba en absoluto, porque lo importante era el corazón y los sentimientos.
Un día, durante una asamblea escolar, el director anunció un concurso de talentos en el que todos los niños podían participar. Lucas, Sofía, Martín, Valentina y Juanito decidieron formar un grupo musical para sorprender a toda la escuela.
Practicaron mucho juntos y finalmente llegó el día del concurso. El auditorio estaba lleno de padres y maestros emocionados por ver las actuaciones de sus hijos. El grupo de amigos subió al escenario y empezaron a tocar una canción muy alegre.
Los niños cantaban mientras tocaban sus instrumentos: Lucas la guitarra, Sofía la flauta dulce, Martín los tambores y Valentina maracas. Y Juanito...
¡sorprendió a todos con su hermosa voz! El público quedó impresionado por su talento y aplaudió con entusiasmo cuando terminaron de cantar. Fue un momento mágico e inolvidable para todos.
Después del concurso, los niños se dieron cuenta de lo importante que es aceptar a las personas tal como son sin importar cómo se vean por fuera. —"Juanito" , dijo Lucas emocionado,"gracias por enseñarnos que no debemos discriminar a nadie". "¡Exactamente!", agregó Sofía,"todos somos especiales a nuestra manera". A partir de ese día, en la escuela —"Arcoiris" nunca más hubo discriminación.
Todos los niños aprendieron a valorar las diferencias y a ser amigos sin importar cómo se vieran.
Y así, Lucas, Sofía, Martín, Valentina y Juanito siguieron siendo grandes amigos, demostrando al mundo que la amistad y el respeto son mucho más fuertes que cualquier tipo de discriminación. El fin.
FIN.