La fuerza de la amistad



Érase una vez en un barrio tranquilo de Buenos Aires, tres amigas inseparables: Sofía, Valentina y Camila. Juntas vivían aventuras todos los días después de la escuela, reían sin parar y se cuidaban como hermanas.

Un día, Sofía recibió una noticia que cambiaría sus vidas. Sus padres le dijeron que tendrían que mudarse a otra ciudad por el trabajo de su papá.

Las tres amigas se reunieron en el parque para hablar sobre lo que significaba esta noticia. "¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Cómo vamos a seguir siendo las Tres Mosqueteras si te vas, Sofi?" preguntó Valentina con ojos tristes. Sofía miró a sus amigas con nostalgia pero también con determinación.

Sabía que la distancia no debía separarlas. "No importa dónde estemos físicamente, siempre seremos amigas. Podemos escribirnos cartas, hacer videollamadas y planear visitas sorpresa", dijo Sofía con una sonrisa esperanzadora.

Las tres niñas se abrazaron fuerte prometiéndose mantener viva su amistad pase lo que pase. Los días pasaron y llegó el momento de la despedida. Hubo lágrimas y abrazos sinceros mientras Sofía subía al auto rumbo a su nueva casa en Rosario.

Al principio, las cosas fueron difíciles para las tres amigas. Extrañaban las tardes juntas jugando en el parque y contándose secretos al oído.

Pero poco a poco aprendieron a adaptarse a la distancia y encontraron nuevas formas de estar presentes en la vida de cada una. Valentina organizaba videoconferencias donde pintaban juntas en línea, Camila enviaba paquetes sorpresa llenos de dulces y cartas escritas a mano, y Sofía les mandaba fotos de su nuevo hogar para compartirla con ellas.

Un día, Valentina tuvo una brillante idea: organizar un encuentro sorpresa en Buenos Aires para celebrar el cumpleaños de Sofía. Con la ayuda de sus padres y los padres de Camila, lograron mantenerlo en secreto hasta el último momento.

La emoción era palpable cuando Sofía llegó al parque donde solían jugar juntas. Al ver a Valentina y Camila corriendo hacia ella con globos y torta, no pudo contener las lágrimas de felicidad.

"¡Nunca pensé que podríamos estar juntas otra vez! Son las mejores amigas del mundo", dijo Sofía entre risas mientras soplaba las velitas del pastel. Ese día quedó marcado en sus corazones como un recordatorio de que la verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo, incluso la distancia física.

Las Tres Mosqueteras siguieron viviendo aventuras juntas, ya sea cara a cara o través de una pantalla, sabiendo que nada podría romper el vínculo especial que compartían.

FIN.

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