La fuerza de la amistad en la selva
En una selva muy lejana vivían tres grandes amigos: León, un felino perezoso pero con un gran corazón; Ratón, un pequeño roedor valiente y audaz; y Elefante, un imponente animal conocido por su sabiduría y gentileza.
Un día, mientras caminaban juntos por la selva, se encontraron con un problema. Un árbol había caído bloqueando el camino hacia el manantial donde solían beber agua fresca.
León suspiró pesadamente y dijo:- ¡Qué pereza tener que rodear todo el camino para llegar al agua! Ratón, siempre dispuesto a enfrentar desafíos, propuso:- Yo puedo entrar en los agujeros del tronco del árbol y abrir paso para que podamos pasar.
Elefante sonrió con ternura ante la valentía de su pequeño amigo y asintió con la cabeza. Ratón se adentró en los agujeros del tronco y comenzó a roer con todas sus fuerzas. Después de un rato de arduo trabajo, logró abrir un espacio lo suficientemente grande como para que pudieran pasar.
León miró sorprendido a Ratón y exclamó:- ¡Increíble! Nunca pensé que algo tan pequeño como tú pudiera lograr algo así.
Elefante agregó sabiamente:- La verdadera grandeza no está en el tamaño o la fuerza física, sino en la determinación y el coraje para enfrentar los obstáculos que se nos presentan en el camino. Desde ese día, León aprendió a valorar más el esfuerzo y la valentía de sus amigos.
Ratón demostró una vez más que no hay desafío demasiado grande si se tiene voluntad para superarlo. Y Elefante siguió siendo el guía sabio y comprensivo de este peculiar grupo de amigos.
Así, entre risas y aventuras, León, Ratón y Elefante continuaron recorriendo juntos la selva, enfrentando cada desafío con valentía, sabiduría y amistad inquebrantable. Porque al final del día, lo importante no es cuán diferentes somos unos de otros, sino cuánto nos apoyamos mutuamente en nuestro viaje por la vida.
FIN.