La fuerza de la diversidad
El conejo, llamado Pancho, daba saltitos alegres por el prado mientras disfrutaba del sol de la mañana. De repente, se encontró con una tortuga llamada Tita que caminaba lentamente por el mismo camino.
- ¡Hola, Pancho! ¿Cómo estás hoy? -saludó Tita con una sonrisa en su rostro arrugado. - ¡Hola, Tita! Estoy muy bien, gracias. ¿Y tú qué haces por aquí? -respondió Pancho curioso.
Justo en ese momento, una hormiguita llamada Anita se unió a la charla y dijo:- ¡Hola amigos! ¿Qué están haciendo? - Hola Anita. Estábamos charlando con Pancho sobre cómo cada uno se mueve por el prado de manera diferente -explicó Tita. - Sí, es cierto.
Yo soy rápido y puedo llegar a muchos lugares en poco tiempo gracias a mis saltos. Pero veo que tú caminas despacio pero seguro, Tita -dijo Pancho admirando la determinación de la tortuga.
- Así es, cada uno tiene su propio ritmo y forma de hacer las cosas. Lo importante es ser constante y no rendirse ante los obstáculos que se presenten en nuestro camino -agregó Tita sabiamente. Los tres amigos continuaron conversando mientras recorrían juntos el prado.
De repente, vieron un arroyo cruzando su camino y no sabían cómo seguir adelante. - ¡Oh no! ¿Cómo cruzaremos este arroyo tan ancho? -exclamó Anita preocupada.
Fue entonces cuando cada uno puso en práctica sus habilidades: Pancho dio un gran salto y logró pasar al otro lado rápidamente; Tita avanzó lentamente pero con paso firme hasta llegar al otro extremo; y Anita ideó un plan para construir un puente improvisado con ramitas y hojas para poder atravesar juntos sin dificultad alguna.
- ¡Lo logramos gracias a trabajar juntos y aprovechar nuestras fortalezas! -dijo emocionada Anita al ver que habían superado el desafío como equipo.
Desde ese día, Pancho, Tita y Anita aprendieron que cada uno tiene sus propias cualidades especiales que los hacen únicos e importantes en cualquier situación. Y comprendieron que la verdadera magia está en saber trabajar en conjunto valorando las diferencias de cada uno para alcanzar metas comunes.
Y así, los tres amigos siguieron explorando juntos el prado lleno de aventuras por delante.
FIN.